Los
independentistas corsos abandonan las armas. Treinta y ocho años después de
abrazar la violencia política y lanzar su primera cadena de atentados con
bomba, el histórico Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) anunció
ayer en un comunicado haber “decidido unilateralmente iniciar el proceso de
desmilitarización y una salida progresiva de la clandestinidad”.
En su comunicado, de 14 páginas y autentificado por el
mensual 'Corsica', los dirigentes del FLNC subrayan que el
abandono de las armas se hace “sin condiciones previas y sin equívocos”, y
llaman a sus militantes a sumarse a la lucha política a través de las
“organizaciones políticas y sindicales”. En ninun caso, advierten sin embargo,
eso supone un abandono del combate por la independencia de la isla: “No se
trata del fin de la historia. Al contrario. Con este gesto de hoy queremos
ofrecer perspectivas nuevas en nuestra marcha hacia la soberanía”, arguyen. El
FLNC insta asimismo al Estado francés a abordar la “instauración de un nuevo
estatuto negociado” y a “solucionar la cuestión de los presos y perseguidos” de
la organización.
La decisión tomada por la dirección del FLNC, la principal
organización armada de la isla, no implica necesariamente el final definitivo
de la violencia. A diferencia de otras organizaciones terroristas clásicas como
ETA o el IRA, el movimiento corso no tiene una estructura piramidal, sino que
funciona con grupos más o menos autónomos, que pueden seguir o contestar las
decisiones de la cúpula. Víctima de una feroz guerra fratricida en los años
noventa –tras la cual adoptó el nombre de FLNC-Canal Histórico–, la
organización ha sufrido desde su fundación en 1976 diversas escisiones. Las
últimas datan de los años 2002 y 2012.
En sus casi cuarenta años de existencia, el FLNC ha cometido
alrededor de 8.000 atentados con explosivos, pero menos de una decena de
asesinatos, puesto que su voluntad ha sido en general no causar víctimas. El
crimen más importante desde el punto de vista político –cometido por un grupo
disidente– fue el del prefecto de la isla, Claude Erignac, en 1998. Y el
último, el de un mafioso en venganza por la muerte de uno de los suyos, fue
reivindicado en diciembre del 2011.
La última acción violenta en la isla –política, se entiende,
porque hay también un importante nivel de violencia mafiosa– fue el
ametrallamiento el pasado 12 de junio de un cuartel de la Gendarmería en Bastia
para 'saludar' la visita del ministro del Interior,
Bernard Cazaneuve. En su comunicado, el FLNC indica que a partir de este
momento, cualquier acción de este tipo que pueda cometerse no le será
imputable.
La decisión del FLNC se produce como consecuencia, según la
propia organización, de las iniciativas adoptadas en los últimos meses por la
Asamblea territorial corsa, que a su juicio abren la vía a dar “un paso
histórico en la lucha por la liberación nacional”. La Asamblea ha planteado
diversas reivindicaciones en el sentido de profundizar la autonomía actual –la
mayor de entre las regiones francesas metropolitanas, pero muy lejos de las de
las comunidades españolas–, desde un estatuto fiscal particular hasta la
cooficialidad de la lengua corsa, pasando por la instauración de un título de
residente con el fin de limitar las adquisiciones inmobiliarias de ciudadanos
foráneos.
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