jueves, 26 de junio de 2014

Adiós a las armas en Córcega

Los independentistas corsos abandonan las armas. Treinta y ocho años después de abrazar la violencia política y lanzar su primera cadena de atentados con bomba, el histórico Frente de Liberación Nacional de Córcega (FLNC) anunció ayer en un comunicado haber “decidido unilateralmente iniciar el proceso de desmilitarización y una salida progresiva de la clandestinidad”.

En su comunicado, de 14 páginas y autentificado por el mensual 'Corsica', los dirigentes del FLNC subrayan que el abandono de las armas se hace “sin condiciones previas y sin equívocos”, y llaman a sus militantes a sumarse a la lucha política a través de las “organizaciones políticas y sindicales”. En ninun caso, advierten sin embargo, eso supone un abandono del combate por la independencia de la isla: “No se trata del fin de la historia. Al contrario. Con este gesto de hoy queremos ofrecer perspectivas nuevas en nuestra marcha hacia la soberanía”, arguyen. El FLNC insta asimismo al Estado francés a abordar la “instauración de un nuevo estatuto negociado” y a “solucionar la cuestión de los presos y perseguidos” de la organización.

La decisión tomada por la dirección del FLNC, la principal organización armada de la isla, no implica necesariamente el final definitivo de la violencia. A diferencia de otras organizaciones terroristas clásicas como ETA o el IRA, el movimiento corso no tiene una estructura piramidal, sino que funciona con grupos más o menos autónomos, que pueden seguir o contestar las decisiones de la cúpula. Víctima de una feroz guerra fratricida en los años noventa –tras la cual adoptó el nombre de FLNC-Canal Histórico–, la organización ha sufrido desde su fundación en 1976 diversas escisiones. Las últimas datan de los años 2002 y 2012.

En sus casi cuarenta años de existencia, el FLNC ha cometido alrededor de 8.000 atentados con explosivos, pero menos de una decena de asesinatos, puesto que su voluntad ha sido en general no causar víctimas. El crimen más importante desde el punto de vista político –cometido por un grupo disidente– fue el del prefecto de la isla, Claude Erignac, en 1998. Y el último, el de un mafioso en venganza por la muerte de uno de los suyos, fue reivindicado en diciembre del 2011.

La última acción violenta en la isla –política, se entiende, porque hay también un importante nivel de violencia mafiosa– fue el ametrallamiento el pasado 12 de junio de un cuartel de la Gendarmería en Bastia para 'saludar' la visita del ministro del Interior, Bernard Cazaneuve. En su comunicado, el FLNC indica que a partir de este momento, cualquier acción de este tipo que pueda cometerse no le será imputable.

La decisión del FLNC se produce como consecuencia, según la propia organización, de las iniciativas adoptadas en los últimos meses por la Asamblea territorial corsa, que a su juicio abren la vía a dar “un paso histórico en la lucha por la liberación nacional”. La Asamblea ha planteado diversas reivindicaciones en el sentido de profundizar la autonomía actual –la mayor de entre las regiones francesas metropolitanas, pero muy lejos de las de las comunidades españolas–, desde un estatuto fiscal particular hasta la cooficialidad de la lengua corsa, pasando por la instauración de un título de residente con el fin de limitar las adquisiciones inmobiliarias de ciudadanos foráneos.




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