martes, 19 de noviembre de 2013

Un tirador aterroriza París

Frío, tranquilo y determinado. Así describen todos los testigos –y así muestran las imágenes de las cámaras de vídeovigilancia– al tirador solitario que, armado con un rifle de caza, se ha dedicado desde el pasado viernes a sembrar el terror en París y que ayer hirió de gravedad a un fotógrafo de prensa en la sede del diario Libération. La policía francesa ha lanzado una operación a gran escala para identificar al misterioso atacante, cuya personalidad y motivaciones siguen siendo desconocidas. Patrullas por las calles y en la red de metro, helicópteros sobrevolando el centro de la ciudad... el Ministerio del Interior no ha ahorrado medios para capturar al tirador, un hombre que los expertos consideran muy peligroso, antes de que pueda cometer nuevos atentados. “La prioridad es detener rápidamente al tirador, que ya ha tratado de matar y puede hacerlo de nuevo”, afirmó el presidente francés, François Hollande, desde Jerusalén.

El ataque contra Libération no era el primero. El pasado viernes, el mismo individuo realizó un atentado fallido contra el canal de televisión de información continua BFMTV. Y ayer, después de disparar en Libération, tiroteó también la sede del banco Société Générale en el barrio de negocios de La Défense –en la periferia oeste de la capital– y, en su huida, secuestró a un conductor, al que obligó a llevarle hasta los Campos Elíseos, donde se le perdió la pista definitivamente.

Mientras se dilucida el caso, todos los medios de comunicación con sede en París han recibido protección policial. Para el presidente Hollande, no hay ninguna duda de que el objetivo de estos ataques es “la libertad de información”. Y lo mismo piensa el director del diario Libération, Nicolas Démorand, quien además enmarcó la agresión en el “clima de violencia verbal” que reina en el país desde hace unos meses, alimentado fundamentalmente por grupos de extrema derecha y de católicos integristas. No está claro, sin embargo, si el atacante es un perturbado mental o puede ser un elemento de la ultraderecha que actúe con fines políticos. El fiscal de París, François Molins, dijo a este respecto que “no se descarta ninguna pista”.

Los ministros del Interior y de la Cultura, Manuel Valls y Aurélie Filippetti, así como el alcalde de París, Bertrand Delanoë, se desplazaron hasta la sede de Libération para expresar su solidaridad con el diario y con la prensa en general. La redacción estaba enormemente conmocionada por lo sucedido. Otros políticos manifestaron asimismo su apoyo al rotativo, entre ellos el exprimer ministro François Fillon, que llamó a hacer frente común.

El tirador, captado en diversos momentos y lugares por cámaras de vídeovigilancia, es un hombre de tipo europeo, de entre 35 y 45 años de edad, y de 1,70 a 1,80 m. de altura, lleva el pelo muy corto y luce barba de dos o tres días. En sus acciones ha aparecido siempre con gorra y gafas, así como con una bolsa en bandolera. Pero su vestimenta ha cambiado: ayer llevaba una trenka de color caqui y unas visibles zapatillas deportivas de color verde y blanco. Su arma es un rifle de caza de calibre 12 mm., y entre los cartuchos recuperados por la policía figuran algunos especiales para cazar jabalíes y presas de gran tamaño. La fiscalía difundió varias imágenes del sospechoso y pidió la colaboración de los ciudadanos para identificarle y detenerle.

El ataque más grave se produjo en el diario Libération. Hacia las 10.15h, el atacante entró en el vestíbulo de la sede del rotativo y disparó a bocajarro, hiriendo de gravedad a una de las personas que allí se encontraban. Se trata de un joven fotógrafo en prácticas, de 23 años, César, que había acudido al diario para participar en un reportaje fotográfico para el suplemento Next. Herido en el tórax, fue trasladado al hospital de la Pitié-Salpêtrière, donde fue intervenido durante seis horas. Anoche, su estado seguía siendo extremadamente crítico.

Posteriormente, el atacante salió sin apresuramiento y huyó a pie. Todo indica que fue este mismo individuo quien, sobre las 12.25h, efectuó varios disparos de escopeta contra la fachada exterior de la sede de la Société Générale en La Défense. En este caso, no quiso matar a nadie, pues en lugar de disparar contra la decena de personas que se encontraban fumando en el exterior del edificio, tiró contra los cristales. Quince minutos después, hacia las 12.40h, secuestró en las cercanías a un conductor y le obligó a llevarle hasta la zona de los Campos Elíseos en su confluencia con la avenida de Georges V. Llegado al lugar descendió y pudo escabullirse tomando el metro. En todo caso, allí se le perdió la pista.

Todo había empezado en realidad el pasado viernes, cuando a las 6.50h, todavía noche cerrada, el tirador se acercó a la sede del canal de información BFMTV y amenazó con el mismo rifle a quienes se encontraban en aquel momento en el vestíbulo, entre ellos el redactor jefe, Philippe Antoine. En este caso, el atacante no llegó a disparar, sin que se sepa a ciencia cierta si fue un acto voluntario o consecuencia de un fallo del arma. En las imágenes tomadas por las cámaras de vídeovigilancia, difundidas anoche por varias cadenas, se ve cómo el individuo hace el ademán de cargar su rifle y luego se va, no sin antes amenazar a los presentes: “La próxima vez no fallaré”. En su huida dejó abandonados en el suelo dos cartuchos sin percutir que están siendo analizados.

Prueba de la determinación y frialdad del atacante, las cámaras de la empresa que gestiona el transporte público de París –la RATP– le grabaron esperando tranquilamente sentado durante veinte minutos en una cercana parada del tranvía antes de decidir que había llegado el momento y dirigirse a BFMTV.



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