“¡Sois la
vergüenza de Francia!”, lanzó llevado por la indignación un ciudadano a los
manifestantes que ayer por la mañana pitaban al presidente francés, François
Hollande, en los Campos Elíseos de París cuando se dirigía a depositar una
corona de flores en la tumba del soldado desconocido, bajo el Arco de Triunfo,
con motivo de la conmemoración del Armisticio de 1918. Varios centenares de
personas, en su mayoría activistas de extrema derecha y católicos integristas
contrarios el matrimonio homosexual, rompieron la tradición que salvaguardaba
hasta ahora los actos patrióticos de toda protesta política y hostigaron al
presidente de la República a los gritos de “¡Hollande, dimisión!” y
“¡Socialismo es dictadura!”. “El pueblo está harto de esta dictadura”, expresó
sin asomo de sonrojo una mujer madura, gafas de sol de marca y abrigo de
pieles, venida de la zona alta a expresar su descontento.
Algunos de los vociferantes llevaban un gorro rojo, como los
protagonistas de la revuelta fiscal en Bretaña, pero el líder de este
movimiento, el alcalde regionalista de Carhaix, Christian Troadec, se desmarcó
de esta protesta y la condenó de antemano.
Hasta ahora, los actos de simbología nacional, en particular
los vinculados a la Primera y la Segunda Guerra Mundiales, habían sido
respetados. Los ultras rompieron ayer una ley no escrita. “La extrema derecha
hoy ya ni siquiera sabe lo que significa una tradición nacional a fuerza de
sucio oportunismo”, se indignó el historiador Henry Rousso, especialista en el
régimen colaboracionista de Vichy.
Algunos de los manifestantes se encararon y se enfrentaron
con los agentes de las fuerzas de seguridad desplegados en los Campos Elíseos,
sin que en ningún momento se alterara el normal desarrollo de las ceremonias
institucionales. La policía detuvo a un total de 73 personas por alterar el
orden público, entre ellas al candidato del Frente Nacional (FN) a la alcaldía
de París, Wallerand de Saint-Just. Cuatro de ellos quedaron en detención
provisional acusados del presunto delito de “ultraje y rebelión”.
El ministro del Interior, Manuel Valls, señaló como
responsables de los altercados a militantes de organizaciones de extrema
derecha como Primavera Francesa y Renovación Francesa, a quienes acusó de “no
respetar un momento de recogimiento en memoria de los soldados muertos por
Francia”. Valls calificó de “intolerable e insoportable” el comportamiento de
los manifestantes.
La presidenta del FN, Marine Le Pen, aseguró que su partido
no tenía “nada que ver” con la protesta de ayer, que lamentó en la medida en
que interfirió en un acto de carácter patriótico. Sin embargo, mostrço su
indignación por la “detenciones preventivas” practicadas por la policía,
particularmente en el caso del alcaldable del FN, que según Le Pen fue
arrestado antes de que la comitiva del presidente francés atravesara los Campos
Elíseos. “Son unos métodos más propios de países totalitarios”, afirmó.
Tras cumplir con los actos tradicionales del 11 de Noviembre
–depósito de flores en la estatua de Georges Clemenceau, recorrido por los
Campos Elíseos, revista de tropas y homenaje al soldado desconocido bajo el
Arco de Triunfo–, François Hollande se desplazó por la tarde a Oyonnax (Ain) en
el marco de la doble celebración, en 2014, del centenario del inicio de la
Primera Guerra Mundial y del 70º aniversario de la liberación de Francia en la
Segunda Guerra Mundial. La población de Oyonnax reúne las dos memorias, pues
fue aquí donde el 11 de noviembre en 1943 unos 200 resistentes desafiaron la
prohibición impuesta por los alemanes y desfilaron por las calles en
conmemoración del Armisticio.
El presidente francés pronunció en Oyonnax un discurso muy
parecido al que hizo en el Elíseo la semana pasada, llamando a reforzar el
sentimiento de unidad y patriotismo de los franceses. Ayer subrayó que “la
República no debe ceder jamás frente al odio, la intolerancia, el extremismo,
el racismo”. A la salida del Ayuntamiento, el convoy presidencial tuvo derecho
a una segunda ronda de abucheos...
Apuñalado un alcalde de la UMP
Un individuo, al parecer desequilibrado, apuñaló ayer al
diputado de la UMP y alcalde de Châteaurenard (Bouches-du-Rhône), Bernard
Reynès, y a otros dos concejales que encontró en su camino, durante una
ceremonia del Día del Armisticio. Ninguno de los heridos teme por su vida. El
presidente Hollande y el jefe de filas ed la UMP, Jean-François Copé,
condenaron la agresión.
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