Los concursos de minimisses se han
acabado en Francia. Así lo acordó ayer el Senado francés, que aprobó –por 196
votos contra 146- una enmienda en este sentido presentada al proyecto de ley de
igualdad entre hombres y mujeres por la senadora centrista Chantal Jouanno. De
acuerdo con esta disposición, a partir de ahora, la organización de concursos
de belleza de mujeres menores de 16 anos queda radicalmente prohibida, bajo la
amenaza de una sanción penal de dos años de prisión y 30.000 euros de multa
para los organizadores.
La iniciativa de Chantal Jouanno, ex
ministra de Nicolas Sarkozy, viene de lejos –ella fue la autora, en marzo del
2012, de un informe parlamentario que defendía ya la interdicción de este tipo
de concursos. Y va también mucho más lejos de lo que preveía el Gobierno, razón
por la cual esta disposición aun podría ser modificada cuando el proyecto de
ley regrese a la Asamblea Nacional. La ponente de la ley, la senadora
socialista Virginie Klès, juzgo demasiado fuertes las sanciones propuestas,
mientras que la ministra de los Derechos de las Mujeres, Najat
Vallaud-Belkacem, propuso sin éxito suavizar esta disposición a base de
condicionar este tipo de concursos a una autorización gubernativa previa.
“No dejemos que las chicas crean, ya
desde bien pequeñas, que lo único que cuenta es su apariencia”, argumento
Chantal Jouanno, para quien el interés social debe primar en este asunto sobre
el interés comercial. A juicio de la senadora, que abandono el partido de
Sarkozy –la Union por un Movimiento Popular (UMP)- por la Unión de Demócratas e
Independientes de Jean-Louis Borloo, los concursos de minimisses constituyen la
expresión más del “fenómeno de hipersexualizacion” de la sociedad actual.
El introductor en Francia de los
concursos de minimisses, Michel Leparmentier, lamento la decisión del Senado y
argumento que la sociedad organizadora había asumido una estricta
reglamentación en su carta ética. “Las principales perjudicadas son la niñas y
sus familias”, agrego. Según Leparmentier, en sus concursos –de los que se
celebran una media de dos o tres veces al año– las entre 40 y 50 participantes
no aparecen maquilladas ni en bañador, sino que desfilan únicamente con
vestidos “de princesa”.
Leparmentier explico que el próximo
concurso de este tipo estaba previsto celebrarlo en Paris dentro de menos de quince
días y que todavía no ha decidido si lo mantendrá o lo suspenderá. La ley, en
el supuesto en que el Gobierno, que cuenta con mayoría absoluta en la Asamblea
Nacional, no la enmiende de nuevo, aun tardara varias semanas en entrar en
vigor.
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