El primer
ministro francés, Jean-Marc Ayrault, ya pudo ayer invocar las operaciones
militares francesas en Libia y Mali, que no logró concitar la misma unanimidad
en el Parlamento. Por el contrario, si la opinión pública francesa es
mayoritariamente hostil a lanzar una operación punitiva contra el régimen de
Damasco, su representación política está profundamente dividida, como demostró
el debate –sin voto– organizado ayer en paralelo en la Asamblea Nacional y el
Senado.
Una eventual votación en el Parlamento francés podría tener
una salida tan incierta como en la Cámara de los Comunes británica o en el
Congreso norteamericano, razón por la cual el presidente François Hollande, que
no está constitucionalmente obligado a pedir la autorización de las cámaras
para decidir una intervención militar en el exterior, muy probablemente eludirá
este escollo.
Jean-Marc Ayrault en la Asamblea Nacional y el ministro de
Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, en el Senado –ambos literalmente con el
mismo discurso–, trataron de convencer a los parlamentarios de lo bien fundado
de una intervención militar punitiva y limitada contra el régimen de Bachar el
Assad por la utilización de armas químicas contra su propia población. Tras
presentar de nuevo las pruebas que han logrado reunir los servicios secretos
franceses, ambos expusieron los dos principales argumentos que Francia pone
sobre la mesa –tanto a nivel interior como exterior– para justificar la
intervención: la necesidad de castigar el uso de armas químicas con el fin de
disuadir de su utilización en el futuro y la de forzar a Assad a negociar una
solución política a la guerra civil que sangra al país.
“La solución a la crisis siria será política y no militar.
Pero miremos la realidad cara a cara, si no detenemos tales comportamientos del
régimen no habrá solución política”, afirmó Ayrault, quien defendió la
necesidad de que Assad abandone el poder pero recalcó que en ningún caso la
intervención militar propuesta –limitada, subrayó– pretende derribar al
dictador. “No proponemos la guerra”, subrayó.
El primer ministro no convenció más que a los ya
convencidos: la mayoría del Partido Socialista (PS) –donde hay algunos
disidentes– y de Europa Ecología-Los Verdes, entre cuyas filas hay también
algunos opositores. La derecha y el centroderecha, desde la Unión por un
Movimiento Popular (UMP) hasta la Unión de Demócratas e Independientes (UDI)
pasando por el Movimiento Demócrata (MoDem), mostraron serias reticencias
frente a una operación de este tipo y en cualquiera de los casos manifestaron
su oposición a toda operación al margen de la legalidad de las Naciones Unidas.
La extrema izquierda –el Frente de Izquierda, que reúne también a los
comunistas– y la extrema derecha –el Frente Nacional– están frontalmente en
contra de tal acción.
Ayrault trató también de convencer a los parlamentarios de
que Francia no se encuentra aislada en este envite, sino que cuenta a priori
con la alianza de Estados Unidos y el apoyo previsible de Europa y de los
países de la Liga Árabe. La visión, muy optimista en el actual estado de cosas,
no oculta el hecho de que la iniciativa francesa está fundamentalmente
pendiente de lo que decida el Congreso norteamericano.
Hollande lo ha dejado explícitamente claro: si Estados
Unidos, que debería ser la columna vertebral de la coalición internacional, no
va, Francia tampoco lo hará. Sencillamente porque no puede. Y optará entonces
por reforzar su apoyo militar a las fuerzas rebeldes. No deja de ser irónico
que el presidente francés, que defiende las prerrogativas constitucionales que
le otorga la V República para decidir en solitario se encuentre en realidad
condicionado no por lo que decida el Parlamento francés, sino la Cámara de
representantes de EE.UU.
A lo largo de esta semana, Hollande ha multiplicado sus
gestiones para tratar de conseguir un apoyo político –ya que no militar– de los
países de la Unión Europea, un asunto que acabará de tratarse en paralelo a la
cumbre del G-20 en San Petersburgo. Por ahora, sin embargo, los apoyos
explícitos son más bien magros: Chipre, Croacia, Dinamarca, Grecia, Letonia,
Rumanía...
No hay comentarios:
Publicar un comentario