François
Hollande ya puede alegar que su Gobierno hará en el 2014 un esfuerzo “sin
precedentes” en el recorte del gasto público –lo cual, en cierto modo, es
cierto– que ello no evitará que Francia alcance el año que viene un
endeudamiento récord de 1,95 billones de euros, el 95,1% del Producto Interior
Bruto (PIB). Tras derrapar en el 2013, el Gobierno se propone, de acuerdo con
lo pactado con Bruselas –que le dio dos años de margen suplementarios–, reducir
el déficit público del 4,1% al 3,6% del PIB. Ello debería ser posible si se
cumple una previsión de crecimiento, prudente, del 0,9%.
Así lo prevé el proyecto de Presupuestos del Estado aprobado
ayer por el Consejo de Ministros, en el que por primera vez la reducción de
gasto –evaluada en 15.000 millones de euros, incluyendo el Estado, las
colectividades territoriales y la Seguridad Social– centrará la mayor parte del
esfuerzo –que en total sumará 18.000 millones–, por encima del aumento de los
impuestos, contrariamente a lo que había pasado con las cuentas del 2013. Esos
18.000 millones representan el 0,9% del PIB, que es el esfuerzo que la Comisión
Europea había pedido a París.
Sin embargo, ese recorte del gasto, que se presenta como
“inédito en la V República”, es menos espectacular de lo que se pretende. Y
bastante engañoso. Porque esencialmente procede de un frenazo del aumento
natural que hubieran tenido algunas partidas presupuestarias, más que de una
verdadera rebaja. En realidad, el gasto global del Estado crecerá aún un
0,5%...
Algo similar sucede con la prometida “pausa fiscal”, que el
presidente francés situó ya en el 2014 y que su primer ministro, Jean-Marc
Ayrault, más realista pospuso al 2015. Porque, una vez más, si es cierto que
apenas se han decidido nuevos aumentos de impuestos, la realidad es que los
franceses tendrán que rascarse más el bolsillo el año que viene. De entrada,
porque entrará en vigor una subida del IVA ya votada en el 2012 –del 19,6% al
20% el tipo normal y del 7% al 10% el tipo intermedio– y, seguidamente, porque
unos pequeños ajustes en los baremos del IRPF acabarán de aumentar la
recaudación. Puestos a hablar de récords, el conjunto de impuestos y tasas
alcanzará el año que viene el 41,6% del PIB, un nivel sólo superado en la Unión
Europea por Bélgica, Suecia y Dinarmarca.
El proyecto del Gobierno socialista, que suprimió la
práctica de la época de Nicolas Sarkozy de dejar sin cubrir el 50% de las bajas
de funcionarios por jubilación, prevé crear 11.000 nuevos puestos en los tres
ministerios prioritarios –Educación, Interior y Justicia– y reducir algo más de
13.000 en el resto, obligados a apretarse más el cinturón. Los mayores cortes
de personal los sufrirán los departamentos de Agricultura y Ecología.
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