jueves, 19 de septiembre de 2013

Francia mira con lupa a Catalunya

A Francia le preocupa la agitación independentista en Catalunya, aunque lo diga con la boca pequeña y oficialmente se mantenga pulcramente al margen. “Lo que ocurre en Catalunya es un asunto interno español y tenemos plena confianza en el Gobierno español para encontrar una solución”, declaro ayer el ministro francés de Asuntos Exteriores, Laurent Fabius, tras reunirse con su homologo español, José Manuel García Margallo, en Paris. Pero detrás de la respuesta de manual del jefe del Quai d’Orsay –la misma, exactamente, que han utilizado siempre los franceses con el problema de ETA- se esconde un creciente preocupación por la inestabilidad política que introduce la movilización soberanista en Catalunya. García Margallo tuvo oportunidad de comprobarlo personalmente, pues la cuestión catalana estuvo omnipresente durante toda su visita oficial.

La situación en Catalunya apareció no solo en la reunión con Laurent Fabius, sino también en un desayuno privado organizado por la prestigiosa revista de análisis Politique Internationale –un foro reservado en el que participan figuras del mundo de la política, la industria, la economía y las finanzas-, y en la reunión a puerta cerrada que mantuvo con los miembros de la Comisión de Asuntos Exteriores de la Asamblea Nacional, presidida por la socialista Elisabeth Guigou , en la que Margallo encontró a viejos conocidos, como el ex primer ministro François Fillon.

“La situación en Catalunya preocupa y todos mis interlocutores coinciden en que una eventual separación no sería una buena noticia para Europa”, comento el ministro en un encuentro con los corresponsales españoles, donde insistió en que en caso de independizarse, Catalunya quedaría “automáticamente fuera de la UE”. Margallo aseguro haber encontrado una gran comprensión en su auditorio, no en vano los franceses son encarnizados defensores de un modelo de Estado fuertemente centralizado. “Si alguna región francesa, como Córcega o Bretaña, pretendiera separarse, aquí pasaría lo mismo (que en España)”, considero el ministro.

El jefe de la diplomacia española expuso ante sus interlocutores los argumentos expuestos por el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su carta de respuesta al president de la Generalitat, Artur Mas, en la que le ofrecía un “dialogo sin caducidad”. A saber, que una declaración unilateral de independencia no es jurídicamente posible, que la Constitución española proclama que España es “indivisible”, que el derecho a decidir “no existe” como un derecho reconocido a una parte de los españoles, sino únicamente al conjunto, y que en Catalunya “no se da” ninguno de los supuestos que según la legislación internacional justificarían el reconocimiento del derecho a la autodeterminación.



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