jueves, 16 de mayo de 2013

Francia también cae en la recesión


Francia ha vuelto a hincar la rodilla en el suelo. Después del tropezón del 2009, la economía francesa ha vuelto a caer en la recesión, al acumular dos trimestres consecutivos con una contracción del PIB del 0,2%. El presidente francés, François Hollande, admitió ayer en la reunión del Consejo de Ministros que la situación es “grave”, pero posteriormente y de puertas afuera –durante una conferencia de prensa conjunta en Bruselas con el presidente de la Comisión Europea, José Manuel Barroso– hizo gala de su irredento optimismo, al dar una vez más por “pasado el momento más difícil”. No es la primera ni la segunda vez que lo dice. Y los franceses han dejado ya de creerle.

Hollande atribuyó la nueva caída de Francia en la recesión –“menos profunda que la del 2008-2009”, objetó no obstante– a la situación general de la zona euro, donde varios países están en la misma o peor situación, con el consiguiente retroceso de la demanda. El presidente francés recordó, de paso, que Alemania si bien ha crecido un 0,1% en el primer trimestre de este año, cayó un 0,7% en los últimos tres meses del 2012... E insistió de nuevo en la necesidad de aplicar sin más dilación el Pacto por el Crecimiento a nivel europeo y adelantar el programa de fomento del empleo juvenil, dotado con 6.000 millones de euros.

La contracción del 0,2% de la economía francesa en el primer trimestre del año no fue la única mala noticia que dio ayer el Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos. El Insee, en efecto, empeoró los datos de 2012 sobre la evolución del poder adquisitivo –que bajó un 0,9% en lugar del 0,4% apuntado inicialmente– y del consumo de las familias, tradicional motor de la economía francesa. que cayó un 0,4% y no un 0,1%.

El Gobierno mantuvo oficialmente su previsión de crecimiento para este año en el 0,1%, aunque el propio Hollande admitió que el crecimiento probablemente será “nulo”. En cualquiera de los casos no se ve cómo en estas circunstancias el presidente francés podrá cumplir su compromiso de invertir la curva del paro –que ha sobrepasado ya el 10%– ni rebajar el déficit público –que cerró el año pasado en el 4,8%– al 2,9% anunciado.

La Comisión Europea, en todo caso, no lo cree y ya ha aceptado conceder a Francia un plazo suplementario de dos años –hasta el 2015– para situar el déficit por debajo del listón del 3%. La benevolencia de Bruselas, cada vez más consciente de que es necesario aflojar un poco la soga de la austeridad, tendrá sin embargo un precio. Barroso recordó ayer que la CE espera de Francia la adopción de reformas estructurales “creíbles”. El presidente de la Comisión subrayó la urgencia de adoptar medidas para recuperar la competitividad perdida, a lo que Hollande respondió con las reformas ya adoptadas hasta el momento –Pacto de Competitividad, reforma laboral, reforma bancaria– y algunas que vendrán –como la de las pensiones–, pero habrá que ver si Bruselas las considera suficientes. La sentencia caerá el 29 de mayo... 


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