domingo, 26 de mayo de 2013

Caza al soldado

Los asesinos del soldado británico muerto a machetazos en el barrio londinense de Woolwich el pasado miércoles no han tardado en tener émulos. Un individuo no identificado acuchilló ayer en la garganta a un soldado francés que realizaba labores de vigilancia antiterrorista en el barrio de negocios parisino de La Défense, en lo que podría ser un atentado islamista. El militar, trasladado al hospital militar Percy, en Clamart (periferia de París), resultó herido de gravedad pero su vida no corre peligro, aseguró el prefecto del departamento de Altos de Sena, Pierre-André Peyvel.

El agresor, todavía no identificado, consiguió darse a la fuga y confundirse entre las miles de personas que transitan por el lugar, un importante centro comercial e intercambiador de medios de transporte muy concurrido durante toda la semana y también los sábados. Según la policía, que ha podido ver las imágenes grabadas por las cámaras de vídeovigilancia, se trata de un hombre alto, de 1,90, de unos treinta años de edad, de aspecto magrebí, con barba, y vestido con un gorro blanco, una cazadora negra y lo que podría ser una chilaba beige. Una de las cámaras grabó con claridad su cara. Algunos testigos presenciales aseguran haber visto a un segundo hombre dándose a la fuga, pero este extremo no ha sido confirmado oficialmente.

El presidente francés, François Hollande, de viaje oficial en Etiopía, condenó el atentado y llamó a los militares a extremar la vigilancia y la prudencia. Preguntado sobre la posible vinculación entre este suceso y el asesinato de Londres, Hollande eludió pronunciarse categóricamente, pero subrayó que “no se descarta ninguna hipótesis”, incluida la de un atentado terrorista islamista. El ministro del Interior, Manuel Valls, consideró por su parte que hay algunos “elementos" del suceso –la violencia, la voluntad de matar– que evocan el caso de Londres, pero consideró “prematuro” sacar más conclusiones.

El ataque se produjo poco después de las seis de la tarde. La víctima, de 23 años, pertenece al 4º regimiento de Cazadores de montaña –fácilmente identificables por la enorme boina negra, similar a una txapela vasca, con que van cubiertos– con sede en Gap (Alpes) y formaba parte de una patrulla de vigilancia antiterrorista. Unos 700 militares patrullan habitualmente por los centros neurálgicos –nudos de comunicaciones, monumentos turísticos, etc.– de París en el marco del conocido como Plan Vigipirate.

En el momento de ser agredido, el soldado realizaba labores de vigilancia junto con otros dos compañeros en el inmenso hall subterráneo de La Défense, flanqueado de tiendas y bares, que da acceso a la línea A del tren regional expreso RER, la línea 1 del metro y varias líneas de trenes de cercanías y tranvía, así como a varios centros comerciales. Este tipo de patrullas, integradas por tres soldados y fuertemente armadas, acostumbran a desplazarse siempre con la misma disposición: dos hombres delante y uno detrás. El soldado atacado era el que iba detrás. Armado con un cuchillo o un cutter –este extremo no ha sido clarificado– el agresor se le tiró encima por la espalda, sin lanzar ninguna amenaza y le cogió completamente por sorpresa. Sus compañeros nada pudieron hacer por evitar la agresión ni por detener al atacante, que se escabulló rápidamente entre la gente en dirección a la galería comercial Les Quatre Temps.

El ataque de La Défense –si se acaba confirmando que el autor es un activista islamista– y el asesinato de Londres tienen en común, como precedente, la ola de atentados cometidos por el terrorista francés de origen argelino Mohamed Merah en Toulouse y Montauban en marzo del 2012. Antes de cometer la masacre de la escuela judía Ozar Hatorah, Merah asesinó a tres paracaidistas, designados como objetivo por la implicación del ejército francés en la guerra contra los islamistas en Afganistán.



No hay comentarios:

Publicar un comentario