miércoles, 30 de noviembre de 2011

Camino de la gran depresión

La crisis de la deuda soberana de la zona euro arrastra a la economía europea hacia el abismo. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) desató ayer todas las alarmas y revisó fuertemente a la baja las perspectivas económicas en Europa, que situó en una “ligera recesión”, antesala de males mucho mayores sin no se detiene el contagio de la crisis. España no sólo no escapa al parón económico general, sino que el problema del desempleo va todavía a agravarse. El último informe de la organización, presentado ayer en París, vaticina que el paro en España acabará este año en el 21,5% y alcanzará en 2012 el techo del 23%. Si nada irreparable sucede, el desempleo no debería empezar a bajar hasta el 2013 y aún muy moderadamente: al 22,7%.
La última previsión de la organización, que agrupa a los países más desarrollados del mundo, empeora notablemente la del pasado mes de mayo, cuando la OCDE creía que el paro podía bajar en 2012 en España hasta el 19,3%. La crisis de la zona euro ha roto esta recuperación. El aumento del paro español es, además, proporcionalmente más acusado que en el conjunto de la zona euro, donde el desempleo pasará de una media del 10% al 10,4%.
Las Perspectivas Económicas de la OCDE vaticinan para España un crecimiento este año del 0,7% y del 0,3% el año que viene (cuando hace seis meses la previsión era del 0,9% y el 1,6%). Nada sorprendente, pues el estancamiento es general, con una previsión para la zona euro del 1,6% y el 0,2% –con varios países con cifras negativas: Grecia, Hungría, Italia y Portugal– y una Alemania (del 3% este año al 0,6% en 2012) claramente lastrada por la situación general. A fin de cuentas, la mayor parte de sus exportaciones van al resto de Europa. La evolución en el conjunto de la OCDE es sólo un poco mejor, con crecimientos del 1,9% y 1,6%.
El informe de la organización valida las medidas adoptadas hasta ahora por el Gobierno español, que a juicio del informe deberían permitir cumplir los objetivos de déficit (4,4% en 2012 y 3% en 2013). No es el caso de otros países, Francia por ejemplo, a la que se le piden nuevos recortes. El eventual empeoramiento de la crisis de la deuda soberana, sin embargo, puede obligar al futuro Ejecutivo de Mariano Rajoy a tener que adoptar nuevas medidas. La OCDE se las apunta: nuevos recortes, aumento del IVA para determinados productos y servicios, aumento de la fiscalidad de los carburantes y reintroducción del impuesto de sucesiones, flexibilización de la negociación colectiva, abaratamiento del despido... A juicio del economista jefe de la OCDE, Pier Carlo Padoan, lo prioritario es “abordar la reforma del mercado de trabajo”.
La ministra de Economía, Elena Salgado, relativizó la importancia de las previsiones de la OCDE alegando la “variabilidad” de las mismas. Las perspectivas se sitúan, efectivamente, en un difícil –e improbable– camino intermedio. “Otros escenarios son posibles e incluso más probables”, admitió Padoan. El más optimista, suponiendo que se ponga freno a la crisis de la deuda, podría elevar el crecimiento de la zona euro al 1% en 2012. El más negativo –si se produjera la quiebra de algún país o banco importante– dibuja una depresión del -2% que arrastraría a Estados Unidos y Japón. Padoan advirtió que la situación es “realmente crítica” y urgió a los dirigentes europeos a actuar “rápidamente” para frenar el contagio de la crisis. Subrayó que no hay tiempo y abogó por recurrir sin más espera al Banco Central Europeo.

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