Junto a la reducción de los tipos de interés –y al mantenimiento del suministro de liquidez por parte de los bancos centrales–, la OCDE recomienda, antes que nada, “clarificar y aplicar completa y decididamente” los acuerdos adoptados por los países europeos el pasado 26 de octubre en Bruselas para solventar la crisis de la deuda soberana, requisito imprescindible a su juicio para evitar un contagio generalizado.
Por lo demás, el organismo que agrupa a los 34 países más desarrollados del mundo mantiene la necesidad de adoptar medidas “fuertes y creíbles” en materia de saneamiento de las finanzas públicas, así como la adopción de reformas estructurales que favorezcan un crecimiento equilibrado a largo plazo. El secretario general de la OCDE , Àngel Gurría, volvió a elogiar ayer las medidas adoptadas por el Gobierno español: “España ha hecho y está haciendo lo que hace falta”, afirmó.
En opinión de la OCDE , la cumbre de Cannes del G-20 constituye un momento crucial que debe ser aprovechado para adoptar “medidas enérgicas” que restablezcan la confianza general.
El panorama que pinta la OCDE para el año que viene es, particularmente para Europa, bastante sombrío. Si para el conjunto de los países del G-20 las previsiones vaticinan un nivel parecido al de 2011 –con un crecimiento del 3,8% del PIB en 2012, similar al 3,9% previsto para este año– y una mejora más decidida en 2013 (+4,6%), las diferencias entre las diferentes regiones son muy marcadas. Mientras los países emergentes, con China a la cabeza, retrocederán ligeramente (de 7,2% en 2011 a 6,7% en 2012) pero seguirán en niveles notablemente altos, Estados Unidos se mantendrá en cambio en niveles parecidamente bajos a los actuales (de 1,7% a 1,8%) y la zona euro caerá del 1,6% al 0,3%, una situación de estancamiento. La mejora de las perspectivas generales para 2013 dejará no obstante a la zona euro todavía en un corto 1,5%, por debajo del nivel de este año.
Las previsiones de la OCDE , según subrayó Ángel Gurría, están basadas en un escenario hipotéticamente estable, esto es, sin que se produzcan nuevos acontecimientos. Podrían mejorar ligeramente, yendo bien. Pero también empeorar, y arrastrar a algunos países a la recesión, con retrocesos de hasta el 5% del PIB.
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