Apartado de la carrera presidencial de 2012 debido a la acusación de violación presentada en su contra por la fiscalía de Nueva York –luego retirada por falta de pruebas–, Dominique Strauss-Kahn ha caído finalnente fulminado no tanto por la acumulación de escandalos sexuales y la gravedad de algunas de las sospechas que recaen sobre él como por la burla y la chanza de que es víctima en Francia. Convertido en objeto de pitorreo nacional, la imagen del ex director del Fondo Monetario Internacional (FMI) ha quedado irremediablemente, definitivamente, arruinada.
Presentado como un libidinoso, semicubierto con un batín estampado de leopardo –“Perdone mi vestimenta, acabo de salir de la ducha”, repite como una letanía–, el títere de Strauss-Kahn se ha convertido en la estrella del popular programa de marionetas Les Guignols de l’Info, emitido diariamente por Canal Plus. El personaje, rebautizado mordazmente como “DSK. Homo Erectus”, aparece regularmente en pantalla y es tratado de forma corrosiva. Baste, como ejemplo, un trozo escogido del diálogo entre el falso presentador del telediario y el sosias de Strauss-Kahn emitido el pasado jueves:
–“Tras Grecia y España, Italia está ahora en la tormenta. Y pronto lo estará Francia. Díganos, ¿qué hacer en caso de pánico?
–Es muy sencillo. En caso de pánico, de entrada, se hace salir a la prostituta de la habitación. Después, se cogen unas toallitas para secarse los genitales...
–¡No, no, no...! Esta noche está aquí para hablar de economía.
–Es cierto que es otra de mis especialidades...”.
La violencia de los ataques humorísticos de que es objeto Strauss-Kahn en los guiñoles de Canal Plus sólo tiene parangón con los que le lanza, también regularmente, el dibujante Plantu desde la portada del vespertino Le Monde, de cuya tira cómica DSK se ha convertido en un personaje casi permanente. Apenas hay tema, le concierna o no, en el que no aparezca, ni que sea colateralmente. Al igual que en televisión, la caricatura de DSK aparece aquí con un sempiterno batín.
Uno de los chistes más ácidos de los publicados por Plantu es el que presenta a Strauss-Kahn como un –sospechosamente– solícito “tío” de la recién nacida Giulia Sarkozy, claramente reconocible por su semejanza con la caricatura del presidente de la República. “Suerte que estoy yo aquí para ocuparme de la pequeña”, le hace decir a DSK el autor...
El humorista Stéphane Guillon, desembarcado en 2010 de la radio pública France Inter por sus inquisitivas bromas sobre políticos, puede jactarse de haber sido un pionero. Ya en febrero de 2009, a resultas del escándalo del affaire entre Strauss-Kahn y la economista del FMI Piroska Nagy, Guillon ironizó en directo por radio sobre la inminente entrevista con el ex ministro socialista anunciando la falsa adopción de medidas excepcionales de seguridad para proteger al “personal femenino” de la emisora, entre ellas la disolución de bromuro en su café... Strauss-Kahn protestó entonces airadamente. Hoy, impotente, nada puede hacer para detener el diluvio de mofas y escarnios que le caen encima.
Cierto es que los humoristas siguen teniendo material en el que inspirarse. Archivado en Estados Unidos el caso de la supuesta violación de la camarera del hotel Sofitel de Nueva York Naffisatou Diallo –aunque todavía en trámite la demanda civil–, archivada también en Francia la denuncia por intento de violación de la periodista y escritora Tristane Banon en 2003, el nuevo escándalo de proxenetismo en hoteles de lujo de Lille sigue salpicando abundantemente a Strauss-Kahn.
Las investigaciones policiales han revelado las estrechas relaciones del ex director del FMI con un grupo de personas de Lille –un relaciones públicas, un empresario, un alto cargo de la policía...–, que al parecer organizaban citas con prostitutas de lujo y fiestas picantes para Strauss-Kahn, así en Lille como en París, Madrid, Viena o Washington. Las últimas revelaciones vienen de mensajes de texto que Strauss-Kahn habría enviado con su teléfono móvil a uno de los encausados, el empresario y militante socialista Fabrice Paszkowski, encarcelado desde finales del pasado mes de octubre.
Strauss-Kahn pidió ayer de nuevo, a través de sus abogados, poder declarar ante los jueces que instruyen el caso para poner fin a los rumores, mientras denunciaba el “linchamiento mediático” al que dice estar siendo sometido. El interrogatorio de DSK puede estar bien próximo.
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