Lo que pasó realmente el sábado 14 de mayo en la suite presidencial 2806 del hotel Sofitel de Nueva York, de las 12.06 a las 12.13 horas, entre el entonces director del Fondo Monetario Internacional (FMI), el francés Dominique Strauss-Kahn, y la mujer de la limpieza Nafissatou Diallo, sigue siendo un misterio. No el hecho de que ambos mantuvieron un rápido contacto sexual - las pruebas recogidas por la policía son concluyentes-,sino si se trató de una relación consentida o de una violación.
Pero ¿pudo ser una trampa?, ¿un complot político? Nuevos interrogantes, suscitados por una investigación de la revista norteamericana The New York Review of Books,resucitan ahora la hipótesis de una conspiración.
Detenido por la policía y acusado formalmente de violación - cargos que posteriormente fueron retirados por la fiscalía por falta de pruebas-,Strauss-Kahn se vio forzado a dimitir al frente del FMI y a renunciar a encabezar la candidatura socialista al Elíseo en las elecciones presidenciales del año que viene, en las que partía como favorito frente al presidente Nicolas Sarkozy.
Uno de los abogados estadounidenses de Strauss-Kahn, William Taylor, se apuntó ayer a esta posibilidad. "No podemos excluir que Dominique Strauss-Kahn haya sido el blanco de una empresa deliberada para destruirle políticamente", declaró. La teoría de la conspiración puede ser un arma de la defensa en el proceso civil iniciado por Diallo, que en caso de condena podría costarle al ex ministro socialista millones de dólares por indemnización.
La investigación, realizada por el periodista Edward Jay Epstein - autor de un libro sobre el asesinato de John F. Kennedy-,no aporta ninguna prueba que confirme la teoría del complot, pero sí arroja nuevas sospechas. El primer dato turbador es la misteriosa desaparición del teléfono oficial, un Blackberry, que Strauss-Kahn utilizaba en tanto que director del FMI y que, según Epstein - quien guarda el anonimato de sus fuentes-podría haber sido pirateado por sus rivales políticos.
Cuando Strauss-Kahn llamó a su mujer, Anne Sinclair, la mañana del 14 de mayo advirtiéndole de "un gran problema", eran las 10.07 h. y el motivo de la llamada era advertirle de sus sospechas sobre el espionaje de su teléfono. Al parecer, una amiga que trabajaba temporalmente en la sede de la UMP en París le había alertado poco antes de que un mail privado enviado por él mismo a su esposa había sido leído en las oficinas del partido de Sarkozy.
Fue con este teléfono con el que Strauss-Kahn llamó a las 12.13 horas a su hija Camille, con la que había quedado a comer ese sábado, para anunciarle que llegaría con retraso (lo que permitió a la policía concluir que el incidente con Diallo no duró más de siete minutos, pues la camarera había entrado con su llave magnética en la suite a las 12.06 horas).
Y fue este mismo teléfono el que Strauss-Kahn echó posteriormente en falta y por cuya recuperación llamó después al hotel mientras se dirigía al aeropuerto, dando involuntariamente a la policía los datos necesarios para poder detenerle en el avión que debía conducirle a París. Según el artículo de The New York Review of Books,el teléfono nunca ha sido encontrado. Pero alguien, a las 12.51 horas mientras Strauss-Kahn iba del hotel al restaurante, desconectó el BlackBerry, así como su localizador GPS. ¿Fue algo voluntario o pudo ser un accidente? En cualquier caso, la última localización emitida por el aparato es la del hotel Sofitel, del que no salió.
El secretario general de la UMP, Jean-François Copé, desmintió la implicación de su partido en el supuesto espionaje telefónico a Strauss-Kahn, lo que calificó de "absolutamente ridículo".
Otro hecho que arroja sombras sobre lo sucedido atañe a la extraña actitud de la propia Nafissatou Diallo, quien después del encuentro con Strauss-Kahn acudió a otra habitación de la misma planta, la número 2820, teóricamente para limpiar. Un dato fundamental que Diallo ocultó a la policía y al gran jurado, y que resultó fundamental - junto a otras omisiones y engaños-para desacreditar su testimonio y obligar a la fiscalía a retirar la acusación.
La investigación de Epstein demuestra que Diallo entró también varias veces en esa misma habitación antes del incidente con Strauss-Kahn, aparentemente cuando todavía estaba ocupada. ¿Quién o quienes estaban alojados allí? ¿Por qué Diallo hizo tantas idas y venidas? No hay respuesta. El hotel se niega a revelar la identidad del o los ocupantes por razones de privacidad.
El artículo reconstruye asimismo las comunicaciones entre los responsables de seguridad del hotel Sofitel y de la cadena Accor a la que pertenece - de nacionalidad francesa-,quienes tardaron casi una hora en avisar a la policía, y sugiere que uno de los comunicantes pudo ser René-Georges Querry, director de Seguridad de Accor y amigo de Ange Mancini, coordinador de los servicios de información en el Elíseo. Epstein sostiene también que las cámaras del hotel muestran a dos de los empleados que asistieron a Diallo festejando algo sólo dos minutos después de llamar a la policía... El grupo Accor negó ayer que existan tales imágenes y aseguró asimismo que el cliente de la habitación 2820 se marchó a las 11.15 h...
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