Viernes 24 de enero. En
un centenar de escuelas francesas el nivel de absentismo de los alumnos
alcanza cotas nunca vistas. La razón de esta deserción masiva, con una
particular incidencia en Alsacia, no es la gripe ni una epidemia de
gastroenteritis, sino la respuesta a una campaña de boicot inducida, a través
de internet y mensajes de texto, por un grupúsculo próximo a la extrema derecha
para protestar por la presunta introducción en los programas escolares de la
llamada teoría del género. Desarrollada por el
controvertido psicólogo y sexólogo neozelandés John Money (1921-2006), dicha
teoría sostiene que la identidad sexual no estaría marcada tanto por la
biología como por la convención social y la voluntad personal.
En el visor de los activistas estaba –y está– el nuevo
programa educativo “ABCD de la igualdad”, puesto en marcha este curso de forma
experimental por el Ministerio de Educación Nacional para transmitir a los
escolares los valores de la igualdad entre hombres y mujeres, combatir los
estereotipos y luchar contra los prejuicios antihomosexuales. Para los grupos
ultraconservadores, se trata de una forma fraudulenta de introducir la teoría del género y promover nada menos que la
homosexualidad en las aulas. Segunda etapa de una estrategia que a sus ojos
empezó con la legalización de las bodas gais...
“Utilizan la igualdad para confundirnos y corrompernos”,
sostiene Farida Belghoul, promotora de la protesta, que bajo el nombre de
Jornada de Retirada de la Escuela pretende llevarse a cabo una vez al mes.
Entre los padres que el 24 de enero secundaron la primera convocatoria había
católicos, pero también muchos musulmanes. Una convergencia que también se
produjo en el 2013 en las protestas contra la reforma que legalizó el
matrimonio entre personas del mismo sexo. Las declaraciones del ministro de
Educación, Vincent Peillon, y otros miembros del Gobierno asegurando que la
acusación de introducir la teoría del género en las
escuelas no tiene fundamento y es un bulo, no han servido de nada.
La campaña de boicot lanzada contra el nuevo programa
escolar no es una acción aislada, sino que se
inscribe en la dinámica de
agitación que los sectores ultraconservadores y de extrema derecha –una especie
de Tea Party a la francesa– están llevando a cabo desde el año pasado en varios
frentes: desde las manifestaciones de oposición al matrimonio homosexual –ahora
dirigidas contra la nueva ley de la Familia, finalmente aplazada por el
Gobierno– hasta la Jornada de Cólera dirigida contra el presidente francés,
François Hollande. Iniciativas impulsadas por una galaxia de grupos radicales
que actúan al margen de los partidos tradicionales, así la Unión por un
Movimiento Popular (UMP) de Nicolas Sarkozy como el Frente Nacional (FN) de
Marine Le Pen, que han quedado desbordados.
La personalidad de la instigadora del boicot en las
escuelas, Farida Belghoul, una profesora de historia –además de novelista y
cineasta– de 55 años, es ilustrativo de la trayectoria personal y política de
algunas de las figuras de este movimiento neoconservador. Nacida en París de
padres argelinos Farida Belghoul había sido en su juventud una activa militante
comunista y antirracista, que en 1984 se convirtió en la imagen y la portavoz
de la segunda Macha de los Beurs –los hijos de la inmigración– en favor de la
igualdad. Enfrentada a los promotores de SOS Racismo, Julian Dray y Harlem
Désir –este ultimo, actual primer secretario del Partido Socialista–, Belghoul
se apartó del movimiento y no volvió a manifestar públicamente un compromiso
político hasta el 2009, cuando apoyó la fugaz candidatura del exprimer ministro
Dominique de Villepin. El año pasado reapareció asociada a la organización
ultraderechista Igualdad y Reconciliación (ver información adjunta), de ideario
antisemita y nacionalsocialista, dirigida por otro excomunista, Alain Sorel.
Otro de sus amigos es el polémico humorista Diuedonné –antirracista reciclado
en antisemita–, que en el 2013 la galardonó con la “Quenelle de oro”...
El Che y Juana de Arco
Fidel Castro, el Che Guevara, Gadafi, Putin, Chávez,
Ahmadineyad... a un lado. Al otro, Juana de Arco y el fundador de la
organización, Alain Soral. La iconografía de Igualdad y Reconciliación ilustra
la convergencia ideológica que este grupo de ultraderecha pretende representar:
“La izquierda del trabajo y la derecha de los valores”. Exmilitante del Partido
Comunista, primero, y del Frente Nacional, después, Soral se reivindica
nacionalsocialista y mantiene un discurso en el que combina el anticapitalismo
con furibundas proclamas contra los judíos y los homosexuales. Se le considera
el ideólogo del humorista antisemita Dieudonné.
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