Aliviar la
presión migratoria sobre las ciudades de Ceuta y Melilla se ha convertido en
una urgencia para el Gobierno español, que ha planteado a Marruecos –entre
otras medidas– la articulación de un mecanismo coordinado que permita la
devolución automática a territorio marroquí de todos los inmigrantes que entren
de forma "violenta y flagrante” en ambas plazas. Así se
lo propuso ayer en París el ministro español del Interior, Jorge Fernández
Díaz, a su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, con el trasfondo de la tragedia
sucedida el pasado día 6 en Ceuta, donde 15 inmigrantes subsaharianos perdieron
la vida cuando intentaban ganar a nado la zona española desde aguas marroquíes.
Fernández Díaz planteó asimismo incrementar y reforzar las patrullas
fronterizas y los equipos de de investigación conjuntos contras las redes de
inmigración ilegal.
La reunión de ambos ministros se produjo al margen del encuentro
del llamado grupo G4, que integra a los titulares de Interior de Francia,
España, Portugal y Marruecos. Los cuatro ministros acordaron, en este terreno,
varias medidas para reforzar su cooperación sobre el control de las fronteras,
la lucha contra las redes de inmigración ilegal y el retorno de los
clandestinos. El ministro francés Manuel Valls –de origen español–, lamentó el
“drama” ocurrido en Ceuta, pero subrayó que ello no hace menos “ejemplar” la
colaboración entre España y Marruecos en este terreno e incluso invitó a
tomarlo como modelo en el caso de la isla italiana de Lampedusa, cercana a las
costas de Túnez y destino recurrente de inmigrantes clandestinos.
En la conferencia de prensa posterior a la
reunión, el ministro del Interior español se extendió sobre lo sucedido en
Ceuta, reiterando básicamente lo que ya expuso durante su comparecencia en el
Congreso de los Diputados. Fernández Díaz, que calificó lo sucedido de
“tragedia humana”, insistió en la corrección de la actuación de la Guardia
Civil, que según dijo fue únicamente “disuasoria” –los agentes dispararon
pelotas de goma contra los inmigrantes que trataban de llegar a la playa– y se
atuvo en todo momento a lo dispuesto en los protocolos de actuación aprobados
en el año 2005 (bajo Gobierno socialista). “Nunca se disparó contra las
personas”, precisó el ministro Con todo, señaló que era la primera vez que la
Guardia Civil debía hacer frente a una situación semejante y no descartó
cambiar los protocolos si así lo aconsejan las conclusiones de la investigación
interna. “De la experiencia siempre se aprende”, dijo.
El ministro del Interior informó asimismo de que el Gobierno
ha puesto a disposición de la juez de Ceuta que instruye la investigación del
caso la grabación de vídeo completa de los hechos y, respecto a la petición de
la oposición de que las imágenes sean entregadas al Parlamento, lo condicionó a
“lo que decida la autoridad judicial”. “El Gobierno es partidario de la máxima
transparencia”, aseguró, tras insistir en que nunca se escondió información:
“No hay nada que ocultar”.
El ministro dijo haber contestado también por carta a la
misiva que le envió la comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmström,
quien se había mostrado crítica con la actuación policial española y había
pedido aclaraciones a las autoridades de Madrid. “Para ser eficaces en la lucha
contra la inmigración ilegal la Unión Europea debe actuar bajo los principios
de responsabilidad compartida y de solidaridad”, dijo Fernández Díaz, cuya
apelación a más ayuda financiera escondía también un
reproche.
No hay comentarios:
Publicar un comentario