viernes, 21 de febrero de 2014

Expulsiones sobre la marcha

Aliviar la presión migratoria sobre las ciudades de Ceuta y Melilla se ha convertido en una urgencia para el Gobierno español, que ha planteado a Marruecos –entre otras medidas– la articulación de un mecanismo coordinado que permita la devolución automática a territorio marroquí de todos los inmigrantes que entren de forma "violenta y flagrante” en ambas plazas. Así se lo propuso ayer en París el ministro español del Interior, Jorge Fernández Díaz, a su homólogo marroquí, Mohamed Hassad, con el trasfondo de la tragedia sucedida el pasado día 6 en Ceuta, donde 15 inmigrantes subsaharianos perdieron la vida cuando intentaban ganar a nado la zona española desde aguas marroquíes. Fernández Díaz planteó asimismo incrementar y reforzar las patrullas fronterizas y los equipos de de investigación conjuntos contras las redes de inmigración ilegal.

La reunión de ambos ministros se produjo al margen del encuentro del llamado grupo G4, que integra a los titulares de Interior de Francia, España, Portugal y Marruecos. Los cuatro ministros acordaron, en este terreno, varias medidas para reforzar su cooperación sobre el control de las fronteras, la lucha contra las redes de inmigración ilegal y el retorno de los clandestinos. El ministro francés Manuel Valls –de origen español–, lamentó el “drama” ocurrido en Ceuta, pero subrayó que ello no hace menos “ejemplar” la colaboración entre España y Marruecos en este terreno e incluso invitó a tomarlo como modelo en el caso de la isla italiana de Lampedusa, cercana a las costas de Túnez y destino recurrente de inmigrantes clandestinos.

En la conferencia de prensa posterior a la reunión, el ministro del Interior español se extendió sobre lo sucedido en Ceuta, reiterando básicamente lo que ya expuso durante su comparecencia en el Congreso de los Diputados. Fernández Díaz, que calificó lo sucedido de “tragedia humana”, insistió en la corrección de la actuación de la Guardia Civil, que según dijo fue únicamente “disuasoria” –los agentes dispararon pelotas de goma contra los inmigrantes que trataban de llegar a la playa– y se atuvo en todo momento a lo dispuesto en los protocolos de actuación aprobados en el año 2005 (bajo Gobierno socialista). “Nunca se disparó contra las personas”, precisó el ministro Con todo, señaló que era la primera vez que la Guardia Civil debía hacer frente a una situación semejante y no descartó cambiar los protocolos si así lo aconsejan las conclusiones de la investigación interna. “De la experiencia siempre se aprende”, dijo.

El ministro del Interior informó asimismo de que el Gobierno ha puesto a disposición de la juez de Ceuta que instruye la investigación del caso la grabación de vídeo completa de los hechos y, respecto a la petición de la oposición de que las imágenes sean entregadas al Parlamento, lo condicionó a “lo que decida la autoridad judicial”. “El Gobierno es partidario de la máxima transparencia”, aseguró, tras insistir en que nunca se escondió información: “No hay nada que ocultar”.

El ministro dijo haber contestado también por carta a la misiva que le envió la comisaria europea de Asuntos Interiores, Cecilia Malmström, quien se había mostrado crítica con la actuación policial española y había pedido aclaraciones a las autoridades de Madrid. “Para ser eficaces en la lucha contra la inmigración ilegal la Unión Europea debe actuar bajo los principios de responsabilidad compartida y de solidaridad”, dijo Fernández Díaz, cuya apelación a más ayuda financiera escondía también un reproche.



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