François Cavanna (1023-2014)
Escritor, periodista y dibujante
Como “un puñetazo en la cara”. Así quiso
que fuera el mensual satírico que contribuyó a fundar en 1960 con Georges
Bernier –alias profesor Choron–, Hara Kiri, y el
semanario que le sucedió diez años más tarde, Charlie
Hebdo, estandarte de un humor mordaz y sarcástico, feroz y
provocativo, sin tabúes ni límites, que ha subsistido con altibajos durante más
de medio siglo en Francia. El alma de este humor de agitación, François
Cavanna, polifacético escritor, dibujante y periodista –autor de más de sesenta
libros–, murió el miércoles de una complicación pulmonar a los 90 años de edad
en el hospital Henri-Mondor de Créteil –periferia de París–, donde había sido
ingresado por una fractura de fémur. “Es el gran sacerdote del humor el que
desaparece, pero Cavanna no está del todo muerto: Charlie
Hebdo le sobrevive”, declaró Stéphane Charbonier, Charb, director actual del semanario, cuyás caricaturas
de Mahoma provocaron en el 2011 y el 2012 una violenta polémica.
Nacido el 22 de febrero de 1923 en París, hijo de un albañil
italiano y una francesa, François Cavanna pasó su infancia en Nogent-sur-Marne,
una época “maravillosa” que le inspiraría su primera gran novela, "Les Ritals" (1978), y en la que descubriría su pasión por
la escritura y por la lengua francesa. Abocado a proseguir la profesión
paterna, la guerra –como a tantos otros– le cambió la vida. En 1943, como otros
cientos de miles de jóvenes franceses, fue enviado por la fuerza dos años y
medio a un campo de trabajo en Berlín dentro del Servicio de Trabajo
Obligatorio (STO), una suerte de gigantesco peaje impuesto por Alemania a la
Francia vencida para que le entregara mano de obra forzada. De esa experiencia
surgiría otro libro, "Les Roskoffs" (1979)
De regreso en Francia, conoció y se casó con una
superviviente del campo de concentración nazi de Ravensbrück, Liliane, que
moriría sólo unos meses después de las secuelas de su internamiento. Fue a raíz
de esta tragedia personal que Cavanna se dirigió definitivamente al oficio de
dibujante de prensa, que ejercería durante doce años antes de lanzarse a la
aventura de fundar Hara Kiri. Su creación fue “el origen
de una mini-revolución en le prensa y en la manera de reír”, subraya Charb.
Los principales objetivos de su humor ácido y truculento
serían la guerra, los cazadores, las corridas de toros, los curas... “El humor
hace daño, saca el fondo de las cosas y las expone a la luz del día. Es una
forma cruel de decir las cosas crueles, sin envolverlas”, afirmó en una
ocasión. En los últimos años, Cavanna había entablado una dura lucha contra la
enfermedad de Parkinson.
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