Lo primero es
salvar a la chicas, las más de 270 estudiantes secuestradas el pasado 14 de
abril en el nordeste de Nigeria por un grupo islamista radical y amenazadas de
ser vendidas como esclavas. Lo segundo, establecer una coalición
africano-occidental para acabar con los autores de esta acción, la organización
terrorista Boko Haram, considerada una amenaza para toda la región. El
presidente francés, François Hollande, reunió ayer con este fin en el Elíseo a
sus homólogos de Nigeria, Goodluck Jonathan, y de los cuatro países africanos
limítrofes –Benín, Thomas Boni Yayi; Níger, Mahamadu Isufu; Chad, Idriss Deby,
y Camerún, Paul Biya–, escoltado por el presidente del Consejo Europeo, Herman
van Rompuy; el jefe del Foreing Office británico, William Hague, y la
subsecretaria adjunta de Asuntos Políticos de Estados Unidos, Wendy Sherman.
Si Francia, que ya ha intervenido como gendarme
internacional en Mali y la República Centroafricana, ha vuelto a tomar la
batuta política en este asunto, pese a que Nigeria es una ex colonia británica,
ha sido para forzar la cooperación de los otros cuatro países, todos ellos
pertenecientes a la llamada Françafrique, con algunos de
los cuales –en particular Camerún– las autoridades nigerianas mantenían hasta
ahora unas relaciones execrables.
Los servicios de información militares de Estados Unidos,
Reino Unido y Francia trabajan ya desde hace días, en colaboración con el
Gobierno de Nigeria, para tratar de encontrar a las chicas secuestradas. Los
franceses han puesto asimismo a disposición de las autoridades nigerianas los
medios militares que tiene desplegados en Chad y en Níger, pero –como subrayó
ayer Hollande al término de la cumbre– no está previsto enviar tropas
extranjeras a Nigeria, una posibilidad que este país ha descartado totalmente.
Los países occidentales han presionado fuertemente a
Goodluck Jonathan para que se tomara en serio el problema de las chicas
secuestradas –al que durante quince días no pareció dar mayor importancia– y,
posteriormente, para que aceptara explorar una posible negociación con Boko
Haram. Después de que el líder de la organización terrorista, Abubakar Shekau,
presentara un vídeo con una parte de las secuestradas y propusiera un canje,
las autoridades de Abuya rechazaron todo diálogo. Pero después acabaron
abriendo la puerta. La cumbre de ayer sirvió a Hollande para insistir al
presidente nigeriano en la necesidad de resolver el problema por la vía de la
negociación y evitar una acción militar que –a la vista de la manera de actuar
del ejército nigeriano– podría acabar en una masacre.
Pero más allá del caso concreto –y espeluznante– del
secuestro de las muchachas, el objetivo de la reunión era poner las bases de
una alianza africana para combatir conjuntamente y erradicar a Boko Haram. El
presidente francés insistió mucho en esto y subrayó la importancia del “plan de
acción a medio plazo” acordado ayer en el Elíseo. Hollande remarcó que Boko Haram
mantiene contactos con todos los grupos terroristas que actúan en África,
particularmente Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), y consideró que el
peligro que representa trasciende las fronteras de Nigeria: “La amenaza es
grave, para la región, para África y, en consecuencia, para Europa”, dijo.Francia quiere que Boko Haram, que ya ha sido incluida por
Estados Unidos en su lista de organizaciones terroristas, sea también declarada
como tal por las Naciones Unidas.
“Estamos aquí para declarar la guerra de Boko Haram”, afirmó
al presidente de Nigeria, quien aseguró estar asimismo “plenamente comprometido
en la búsqueda de las chicas, estén donde estén”. El presidente chadiano Deby
–uno de los principales aliados políticos y militares de París en la zona–
llamó por su parte a “acabar con el terrorismo que está gangrenando la región”.
Y el camerunés Paul Biya recordó, por su lado, que la organización había
lanzado una ataque terrorista esta misma semana contra una instalación
petrolera china en su país, en la que murió un soldado.
El acuerdo de la cumbre de ayer prevé el establecimiento de
un sistema de intercambio de información multilateral, la constitución de
patrullas conjuntas y al reforzamiento de la vigilancia de fronteras.
Implantado en el nordeste de Nigeria, de mayoría musulmana, los activistas de
Boko Haram buscan refugio en las zonas fronterizas de los países vecinos, en
espacial Camerún, donde el año pasado secuestró a varios ciudadanos franceses:
una familia de cinco miembros, primero y un sacerdote, después. Todos fueron
liberados tras negociarse un rescate. También se acordó que la UE cooperará en el desarrollo de
las regiones deprimidas –en las que los terroristas captan a sus adeptos–, así
como en defensa de las mujeres.
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