martes, 13 de diciembre de 2011

Los socialistas franceses, contra 'Merkozy'

El acuerdo arrancado el viernes en Bruselas por la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, Nicolas Sarkozy, al resto de sus socios europeos –excepto el primer ministro británico, David Cameron– para combatir la crisis de la zona euro está lejos de suscitar la unanimidad en Alemania y en Francia. Los socialistas de ambos países manifestaron ayer su rechazo al enfoque del plan elaborado por el eje franco-alemán, centrado en una férrea disciplina presupuestaria y carente de toda medida de estímulo de la economía.
Los socialistas franceses son los que fueron más lejos. El candidato del PS al Elíseo en las elecciones presidenciales de la próxima primavera, François Hollande, aseguró en una entrevista radiofónica que si sale elegido “renegociará” el tratado que Sarkozy se dispone a firmar de aquí al próximo mes de marzo. “Si soy elegido presidente renegociaré este acuerdo para introducir lo que le falta”, declaró en RTL. Lo que le falta, a juicio del presidenciable socialista, es la creación de euro-obligaciones y la intervención del Banco Central Europeo (BCE) en la compra de la deuda soberana con el fin de aliviar la presión de los mercados.
Las propuestas de Hollande no son ni nuevas ni originales. Numerosos son los economistas franceses, tanto de izquierda como de derecha, que llevan tiempo reclamando tales medidas, como único medio de frenar la crisis. Nicolas Sarkozy ha estado meses intentado convencer a Angela Merkel. Sin éxito. La respuesta alemana siempre ha sido no.
El primer ministro francés, François Fillon, calificó a Hollande de “irresponsable”. El calendario electoral puede, en efecto, poner en manos de los socialistas franceses el poder de ratificar o no el tratado, una vez firmado.

Villepin, candidato a la contra

El ex primer ministro Dominique de Villepin sorprendió a toda Francia el domingo por la noche al anunciar en televisión su decisión de concurrir como candidato en las próximas elecciones presidenciales. Solo, sin apenas apoyos políticos y económicos, nadie en la UMP –su antiguo partido– creía que fuera a dar ese paso. Su candidatura no tiene ninguna posibilidad –el último sondeo le otorga una intención de voto del 1%–, pero su participación puede contribuir, junto con otras candidaturas de derecha y centroderecha, a restar votos al presidente saliente, Nicolas Sarkozy. La candidatura de Villepin es una candidatura a la contra, testimonial. No son pocos los que creen que al final la retirará.



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