El escándalo estalló a finales de 2007, tras la muerte de André Bettencourt, cuando la única hija del matrimonio presentó demanda contra Banier, del que sospechaba que estaba sacándole el dinero a su madre. La guerra familiar duró tres años, hasta que todas las partes llegaron a un acuerdo en diciembre de 2010 por el cual el fotógrafo renunció a gran parte de los regalos, particularmente dos seguros de vida por valor de 700 millones –aunque conservó el resto: propiedades, cuadros...–, y se comprometió a no volver frecuentar a la anciana. A cambio, Françoise Bettencourt-Meyers, retiró su demanda.
El <CF21>affaire</CF>, sin embargo, no quedó cerrado, puesto que el baile de testimonios y grabaciones piratas que salieron a la luz abrió otro caso paralelo: el de la supuesta financiación ilegal del partido de Nicolas Sarkozy, la UMP , a través de su tesorero de entonces, Eric Woerth, cuya esposa trabajaba para el administrador de los bienes de Liliane Bettencourt... Woerth, ministro de Trabajo, fue relevado de su cargo y el enfrentamiento judicial abierto entre la juez que llevaba el caso y el fiscal –por ver quien controlaba la instrucción– acabó aconsejando el traslado del sumario a Burdeos. Es justamente el juez que instruye el caso en Burdeos, Jean-Michel Gentil, quien ordenó la detención de Banier y de su amigo.
Centrado en principio en la cuestión de la financiación ilegal de la UMP , el juez decidió el pasado mes de septiembre –a petición de la fiscalía– ampliar la instrucción al presunto delito de abuso de debilidad, después de que un informe médico estableciera que Liliane Bettencourt padece demencia senil. Banier y d’Orgeval serán trasladados hoy a Burdeos para ser interrogados por el juez y, eventualmente, ser formalmente procesados. Ambos habrán pasado dos noches en la prisión parisina de la Santé.
El abogado del fotógrafo, Pierre Cornut-Gentille, se quejó de las formas utilizadas por el juez, que fuentes próximas a Banier calificaron de “brutales” –ambos fueron detenidos a las 6 de la madrugada en su domicilio, cuando estaban durmiendo–, y aseguró que habría bastado una citación judicial. Según parece, el juez quería impedir que Banier y su compañero partieran en viaje a Nueva York, donde tenían previsto pasar las fiestas de Fin de Año.
El estado de debilidad mental de Liliane Bettencourt llevó el pasado 17 de octubre a una juez de Courbevoie a colocar a la multimillonaria bajo tutela, lo cual le impide disponer libremente de sus bienes y ejercer sus derechos de voto en el consejo de administración de la sociedad que tiene la mayoría de las acciones de L’Oréal. Esta decisión, fruto de una nueva demanda de la hija –que el verano pasado reanudó su guerra judicial, en este caso contra los nuevos administradores de su madre–, será reexaminada hoy. La multimillonaria ha solicitado un régimen de protección menos severo.
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