martes, 26 de marzo de 2013

Sarko contra el juez Gentil


Más de 50.000 internautas mostraron ayer su apoyo al ex presidente francés Nicolas Sarkozy, quien eligió su página oficial en Facebook para reaccionar personalmente a su imputación en el caso Bettencourt. Firme, pero mucho más ponderado que la mayoría de sus compañeros de filas, Sarkozy rechazó su inculpación por “injusta e infundada” y se mostró convencido de que “la verdad acabará por triunfar”.

El ex presidente ha sido procesado por un presunto delito de “abuso de debilidad” sobre la anciana heredera del grupo L’Oréal, Liliane Bettencourt, de 90 años, cuyo estado de debilidad psicológica –sufre una forma de Alzheimer– habría sido supuestamente aprovechado para sacarle el dinero para financiar la campaña de las elecciones presidenciales del 2007. Prescrito el presunto delito de financiación irregular, el juez instructor del caso, Jean-Michel Gentil, ha optado por presentar cargos por un delito que no prescribe.

En su mensaje en Facebook, Sarkozy agradece todos los apoyos recibidos y defiende, ante sus seguidores como ante sus oponentes, su inocencia. “En ningún momento en mi vida pública he traicionado los deberes de mi cargo”, asegura el ex presidente, quien añade: “Voy a consagrar toda mi energía a demostrar mi probidad y mi honestidad”. Sarkozy reivindica los mismos derechos de cualquier ciudadano a una “justicia imparcial y serena”, tras lo cual reafirma su “confianza” en la institución judicial.

Las relaciones entre Sarkozy y los jueces han sido tradicionalmente tormentosas y en las filas de la derecha hay quienes sugieren que los magistrados, como casta, se estarían vengando del ex jefe del Estado. En el caso del juez Gentil, el abogado de Sarkozy, Thierry Herzog, ha cuestionado abiertamente su imparcialidad y ha anunciado la presentación de un recurso ante el Tribunal de Apelación de Burdeos. El juez Gentil firmó el 28 de junio del 2012, junto a otros 81 magistrados, una tribuna periodística en la que se criticaba la política de Nicolas Sarkozy en la lucha contra la corrupción financiera.

El juez de Burdeos, sobre quien recayó el caso Bettencourt precisamente por las interferencias políticas que sufría la instrucción en Nanterre (periferia de París), ha sido muy duramente atacado por la derecha desde que el pasado jueves decidió imputar al ex jefe del Estado. La crítica más agresiva, insultante incluso, ha venido de uno de los más estrechos colaboradores de Sarkozy en el Elíseo, su ex consejero Henri Guaino, autor de muchos de sus discursos. Guaino acusó en un primer momento al juz de haber “deshonrado a la justicia” y, lejos de comedirse, volvió a atacar ayer desde Le Figaro: “El juez, con esta acusación infamante, insultante contra Nicolas Sarkozy, ha deshonrado a la justicia y ha ensuciado a Francia en directo ante el mundo entero”, dijo.

El juez Gentil –cuyo apellido esconde en realidad una severidad legendaria– ha decidido atacar a Guaino por la vía judicial y, según avanzó Europe 1, en los próximos días le enviará una citación por “ultraje a magistrado”.

El caso Bettencourt empezó como una querella familiar entre Liliane Bettecourt y su hija, Françoise Bettencourt-Meyers, quien sospechaba que el círculo más próximo de su madre se aprovechaba de su estado para obtener regalos millonarios. La investigación permitió descubrir que, además, habría habido una financiación irregular de la campaña electoral de Sarkozy en el 2007. El ex ministro Eric Woerth, que era el tesorero, está imputado, al igual que el ex administrador de Bettencourt, Patrice de Maistre.



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