Entre el sueño y
la pesadilla, el Paris Saint-Germain (PSG) no sabía ayer a qué carta quedarse
después de que el azar –mejor hablar aquí de azar que de suerte– le colocara
frente al FC Barcelona en los cuartos de final de la Champions. Así que, puestos
frente a lo inevitable, los parisinos prefirieron celebrar la oportunidad de
medirse al mejor y más temido equipo que podían esperar. “Peor sorteo era
difícil”, declaró el director deportivo del PSG, Leonardo, quien inmediatamente
después calificó sin embargo el emparejamiento con el Barça de “formidable”.
“Será una fiesta del fútbol. Es una gran oportunidad para
nosotros, es el mejor equipo del momento, y uno de los tres mejores de la
historia del fútbol. Tienen todo lo que es posible tener”, añadió Leonardo. En
la misma línea, el entrenador, Carlo Ancelotti, lo juzgó “magnífico”.
Si para cualquier equipo enfrentarse al Barça en cuartos
sería una mala noticia, las condiciones en que el Paris Saint-Germain deberá
hacerlo hacen el reto aún más complicado. Con el partido de ida en el Parque de
los Príncipes y con su principal ariete –Zlatan Ibrahimovic, sancionado– en la
grada, los parisinos deberían lograr una auténtica hazaña para llegar al Camp
Nou en situación de ventaja. Y aún así, visto lo que le sucedió al Milan, las
esperanzas de calificarse son infinitesimales.
Algunos seguidores recordaban ayer la victoria del PSG sobre
el Barça en los cuartos de final de la temporada 1994-95 –con Johan Cruyff como
entrenador– como para conjurar a los hados. Otros se apresuraban a citar al
papa Francisco I, que ayer mismo llamó a los cristianos a “no ceder al
pesimismo”. “El PSG es un equipo en construcción, no tiene nada que perder”,
subrayaba por su parte el cronista deportivo Pascal Praud.
El PSG, que encabeza la clasificación de la liga francesa
–con cuatro puntos de ventaja sobre el segundo, el Olympique Lyonnais–, es en
efecto un equipo en construcción... a golpe de pretodólares. Propiedad desde el
2011 del emirato de Qatar –a través de la sociedad Qatar Sports Investments
(QSI)–, el presidente del club, Nasser al Jelaifi, se ha propuesto convertirlo
en uno de los grandes de Europa. Y para ello no ha dudado en tirar de talonario
para fichar como ya nadie puede hacerlo en el continente: al inicio de esta temporada
se gastó 145 millones de euros en hacerse con jugadores como Ibrahimovic –con
24 goles, el pichichi del campeonato– o Thiago Silva, a los que recientemente
se ha sumado el muy mediático David Beckham.
Sin duda arrastrado por la emoción, el director deportivo
del PSG pidió ayer en directo por televisión en matrimonio a su compañera, la
periodista televisiva Anna Billo, con quien tiene un hijo y que –sorprendida–
le respondió que ya hablarían en casa. En una pausa publicitara, comentó: “Se
ha vuelto completamente loco”. El entonces entrenador de la selección francesa
de fútbol, Raymond Domenech, hizo lo mismo hace casi cinco años con su novia,
Estelle Denis, la misma noche en que Francia fue eliminada del Euro 2008.
Todavía no le ha dicho sí...
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