viernes, 22 de marzo de 2013

Lagarde, perseguida por el caso Adidas


Agentes de la policía judicial registraron ayer el piso particular en París de la directora del Fondo Monetario Internacional (FMI), Christine Lagarde, en el marco de la investigación sobre el denominado caso Tapie-Adidas. La justicia francesa, que abrió oficialmente en 2011 una investigación sobre Lagarde por presunta complicidad en falsificación de documentos y desvío de fondos públicos, busca establecer el papel de la ex ministra francesa de Economía en la resolución en el 2008 del litigio que enfrentaba al Estado francés con el empresario Bernard Tapie por la venta de Adidas a través del Crédit Lyonnais en 1993, y que resultó claramente beneficiosa para el empresario.

En las últimas semanas la policía ha registrado asimismo los domicilios del ex director de gabinete de Lagarde en aquella época, Stéphane Richard –actual presidente de France Télécom– y el ex secretario general del Elíseo y ex ministro del Interior Claude Guéant. Los jueces quieren saber si Lagarde decidió sola sobre la forma de resolver el litigio –tal como ella siempre ha declarado– o recibió instrucciones del entonces presidente de la República, Nicolas Sarkozy, con quien Bernard Tapie –según han revelado las agendas del Elíseo– se entrevistó en 18 ocasiones entre el 2007 y el 2010. Tapie, quien fuera ministro con el socialista François Mitterrand, apoyó la candidatura de Sarkozy en las elecciones presidenciales del 2007.

Los hechos se remontan a 1992, cuando Tapie encargó la venta de Adidas a su banco, el Crédit Lyonnais, que en 1993 la adjudicó a un grupo inversor en el que participaba una de sus propias filiales por 315 millones de euros. Un año después, el empresario Robert-Louis Dreyfuss se hizo con el control de la totalidad de la empresa por 701 millones de euros, aunque su valor subió en 1995, tras ser introducida en Bolsa, a 1.667 millones. Mientras tanto, el Crédit Lyonnais –al borde de la quiebra– fue intervenido por el Estado francés.

Sintiéndose engañado y sospechando una confabulación entre el banco y Dreyfuss, Tapie demandó al Crédit Lyonnais, que inicialmente fue condenado –y a través de él, el Estado– a indemnizar al empresario.
El litigio judicial llegó sin embargo a un callejón de difícil salida y Lagarde decidió resolverlo a través de un tribunal arbitral, un medio habitual en los conflictos privados pero infrecuente cuando está por en medio el Estado. El tribunal acordó en el 2008 una indemnización a Tapie de alrededor de 400 millones de euros (285 millones más los intereses), que Lagarde aceptó sin presentar recurso, en contra de la opinión de los servicios del Ministerio de Economía.

El FMI reafirmó ayer, a través de Gerry Rice, director del departamento externo, su “confianza” en Christine Lagarde.


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