François
Hollande está experimentando en propia piel la célebre sentencia de su
antecesor –y colega de andanzas políticas en Corrèze– Jacques Chirac según la
cual “los problemas siempre vuelan en escuadrilla”. Con una cota de impopularidad
inédita en la historia de la V República tras sólo diez meses de mandato y una
situación económica que se degrada en todos los frentes, al presidente francés
sólo le faltaba un escándalo político del calibre del protagonizado por el
hasta anteayer ministro del Presupuesto.
Jérôme Cahuzac ha sido forzado a dimitir después de que la
fiscalía de París decidiera el martes abrir una información judicial por un
presunto delito de “blanqueamiento de fraude fiscal”. La justicia sospecha que
el ex ministro, cirujano de profesión y que en el pasado hizo fortuna con los
implantes capilares, tuvo una cuenta bancaria secreta en Suiza.
El impacto del cese de Cahuzac sobre la opinión pública es
todavía incierto y la celeridad con la que Hollande ha reaccionado –aceptando
su cese tan sólo tres horas después de la decisión de la fiscalía– puede acabar
minimizándolo. Pero el momento en que ha saltado el escándalo no podía ser peor
para el presidente.
De entrada, ha tenido un efecto negativo inmediato, al
romper la estrategia de Hollande de reconquista de la opinión pública, que
tenía ayer mismo un momento importante con el debate en la Asamblea Nacional de
una moción de censura de la UMP contra al Gobierno –que superó sin problemas–.
La moción debía ser la ocasión para que el primer ministro, Jean-Marc Ayrault,
lanzara una contraofensiva política y preparara el terreno para una entrevista
televisiva del presidente la semana que viene.
Pero con ser enfadosa, no es ésta la peor consecuencia del
cese de Cahuzac. Con la dimisión del titular de la cartera del Presupuesto, el
presidente francés pierde a uno de sus ministros más sólidos –unánimente
elogiado a derecha e izquierda– y una pieza clave de su Gobierno. Su pérdida se
produce en un momento especialmente delicado, puesto que el Ejecutivo está
preparando el presupuesto del 2014, que deberá comportar serios recortes con el
fin de cumplir el objetivo de déficit. Cahuzac era el encargado de dirigir con
mano de hierro las discusiones con cada ministerio para la reducción del gasto.
La tarea recaerá en el hasta ahora ministro de Asuntos
Europeos, Bernard Cazeneuve, a quien un emocionado Cahuzac elogió ayer durante
el acto de traspaso de poderes. “Su nombramiento ha sido la única buena noticia
de la jornada de ayer”, dijo. Cazeneuve será sustuido a su vez por el hasta
ahora ministro de Formación Profesional, Thierry Repentin, cuya antigua cartera
se diluye en la de Trabajo.
El caso de la supuesta cuenta bancaria suiza de Cahuzac fue
destapado el pasado mes de diciembre por el diario digital de investigación Mediapart –dirigido por el ex director de Le
Monde Edwy Plenel–, que difundió el contenido de una grabación de
finales del año 2000 en el que alguien que parece ser Cahuzac reconocía la
existencia de una cuenta en Suiza. Las palabras del ex ministro –si finalmente
se demuestra que la voz es la suya– fueron grabadas accidentalmente en el buzón
de voz de un político del antiguo RPR de Villeneuve-sur-Lot, al que Cahuzac
habría llamado involuntariamente al activar por accidente su móvil.
Cahuzac siempre ha defendido su inocencia y negado haber
tenido jamás una cuenta en Suiza, y demandó a Mediapart por difamación. Cuando la fiscalía abrió diligencias preliminares, el 8 de
enero, se mantuvo en sus trece. Pero el nuevo paso dado por la fiscalía
anteayer y, sobre todo, el tenor de sus conclusiones hacía inviable su
continuidad.
La fiscalía considera, a partir de tres testimonios y de las
pruebas técnicas realizadas, que la voz de la grabación es muy probablemente la
de Cahuzac y que la cinta no ha sido manipulada ni alterada. En su apertura de
una información judicial, la fiscalía no sólo apunta al presunto delito de de
“blanqueamiento de fraude fiscal”, sino que busca determinar asimismo si los
fondos depositados en dicha cuenta procedían de pagos de la industria
farmacéutica. Los jueces Roger Le Loire y Renad Van Ruymbeke serán los
encargados de la instrucción.
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