Los niños, hasta
ahora relativamente respetados, se han convertido en un objetivo de primera
clase en la siniestra guerra de los grupos terroristas islamistas. Siete
franceses, seis de los cuales pertenecientes a una misma familia –entre ellos
cuatro niños de 12, 10, 8 y 5 años, algo inédito hasta ahora–, fueron
secuestrados ayer en Camerún por un grupo islamista nigeriano, en lo que
constituye una evidente acción de intimidación contra Francia por su
intervención militar en Mali. La presencia de niños en el grupo va a poner
seriamente a prueba la nueva política antiterrorista decidida por el presidente
François Hollande, determinado a no negociar ni pactar ningún rescate.
Uno de los adultos secuestrados es un cuadro directivo de la
empresa francesa Gaz de France-Suez (GDF), residente en la capital camerunesa,
Yaundé. Pero los secuestradores, ya actuaran por cuenta propia o por encargo,
sólo vieron en ellos a turistas. La familia, una pareja con cuatro hijos,
acompañada por un amigo, fue capturada en el extremo norte de Camerún, adonde
se habían desplazado en su propio vehículo para visitar el parque nacional de
Waza, el más famoso del país, en cuyas 170.000 áridas hectáreas pueden
admirarse leones, hienas, elefantes, jirafas, antílopes y gacelas. El secuestro
se produjo en las cercanías de la ciudad de Dadanga, junto a la frontera con
Nigeria, país adonde los rehenes podrían haber sido trasladados. Según varios
testigos, fueron atacados por entre cinco y seis personas que se desplazaban en
moto.
El Gobierno francés, por boca de su ministro de Asuntos
Exteriores, Laurent Fabius, expresó su sospecha de que el secuestro haya sido
obra del grupo nigeriano Boko Haram, una secta islamista –que mezcla las
enseñanzas del islam con las tradiciones africanas– que tiene vínculos con Al
Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI), en cuyas bases en Mali habrían recibido
entrenamiento unos 200 de sus activistas. Boko Haram no había llevado a cabo hasta ahora secuestros, a
diferencia de otro grupo islamista nigeriano, Ansaru, que el pasado fin de
semana secuestró a siete trabajadores de varias nacionalidades –ninguno de
ellos, francés– de una empresa de construcción libanesa. Este grupo retiene
asimismo a un ciudadano francés, el ingeniero Francis Collomp, desde diciembre
del año pasado.
En la zona actúan también bandas de delicuentes, de tipo
mafioso, que se dedican a secuestros, pero hasta ahora no habían atacado nunca
a los occidentales y no parece ser una hipótesis tenida en cuenta.
El presidente francés, François Hollande, llamó ayer a los
ciudadanos franceses presentes en África Occidental a extremar las precauciones
y recordó que la zona fronteriza con Nigeria es “peligrosa”. Sin embargo, hasta
ahora ningún turista occidental había sido secuestrado en Camerún. Y en el
sitio web del Quai d’Orsay se consideraba, hasta ayer, que el riesgo terrorista
en este país era más bien “débil”. No puede presumirse, pues, que la familia
secuestrada hubiera cometido una imprudencia.
Con la acción de ayer son ya quince los franceses
secuestrados en el mundo, todos ellos en África Occidental. Es el país
occidental más afectado por este fenómeno, por delantne de Estados Unidos.
Junto a los siete capturados ayer en Camerún y al otro francés que sigue
retenido en Nigeria, hay otros siete –secuestrados en Mali y en Níger entre el
2010 y el 2011– que podrían encontrarse en el macizo montañoso de los Ifoghas,
en el nordeste de Mali, junto a la frontera con Argelia y con Níger.
François Hollande, en visita oficial en Grecia, delindó el
secuestro de la familia francesa en Camerún de la intervención militar de
Francia contra los grupos armados islamistas en Mali. “Los franceses eran
objetivo de los islamistas antes de que se produjera la intervención”, subrayó
al respecto. El presidente francés insistió en que Francia no cejará en su
batalla contra el terrorismo –“Vamos a perseguir a los terroristas allí donde
se encuentren y a liberar a nuestros ciudadanos secuestrados”. dijo– y apeló de
nuevo a un mayor compromiso de la comunidad internacional contra una amenaza,
recordó, que “no afecta sólo a Mali, sino a toda el África
Occidental”.
Muere un legionario en una operación en Mali
Un legionario francés, suboficial del grupo de comandos del
2º Regimiento Extranjero de Paracaidistas, murió ayer en el norte de Mali en
una operación del ejército francés contra los grupos terroristas islamistas refugiados
en el macizo montañoso de los Ifoghas. Fuerzas francesas y malienses, apoyadas
por una dotación de blindados y dos aviones Mirage, lanzaron la víspera la
Operación Pantera, cuyo objetivo es desmantelar los santuarios terroristas. El
legionaro francés murió en el transcurso de los combates que se desarrollaron
ayer en la zona y que causaron la muerte, según el Ministerio de Defensa
francés, de una veintena de islamistas. François Hollande afirmó ayer que, una
vez desactivada la amenaza de los islamistas sobre Mali y de haber restablecido
el control del territorio, la intervención en Mali ha entrado en su última
fase, consistente en neutralizar a los terroristas.
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