Proyectada desde una
cierta distancia, la luz ilumina los objetos con menos crudeza y contraste, con
más matices, que cuando el foco está demasiado encima. Reflejada en el espejo
francés, la figura de Juan Carlos I, rey de España, adquiere también una
dimensión diferente, más cerca de la Historia y más lejos de la coyuntura
política. Fue con esta perspectiva que 3,7 millones de franceses, el
14,1% de la audiencia, se acercaron anteanoche a través de sus televisores a la
personalidad de Juan Carlos I, ese descendiente de Luis XIV, el despótico Rey Sol, convertido en heraldo de la democracia. Sólo el
carismático Doctor House, con 6,8 millones de telespectadores, se puso a esa
hora –la de máxima audiencia en la franja nocturna– por delante.
El programa dedicado a Don Juan Carlos –con motivo de su 75º
aniversario– constituyó la última entrega de la serie documental "Secrets d’Histoire", que conduce Stéphane Bern en el
principal canal público, France 2. La emisión, inaugurada en el año 2007,
pretende arrojar nueva luz sobre personajes históricos de Francia y de Europa.
Dos españolas habían retenido hasta ahora la atención del programa –la
emperatriz Eugenia de Montijo, esposa de Napoleón III (2010), y la reina Isabel
la Católica (2012)–, además de Cristóbal Colón (2008)
El tono general del programa y la personalidad de Stéphane
Bern, un periodista que nunca ha ocultado sus inclinaciones promonarquicás
–llegó a militar en la Nouvelle Action Royaliste (NAR)– y que se ha especializado
como comentarista de las bodas reales y principescas, garantizaban de antemano
una aproximación amable y benevolente a la figura del Rey. Como así fue.
El título de la emisión, “Juan Carlos, el rey de los
españoles”, era ya una especie de declaración de principios. El programa
insistió mucho en la especial relación que el Monarca consiguió establecer, a
lo largo de su reinado, con los españoles, y que actualmente se ha visto
debilitada por la sucesión de escándalos que ha afectado a la Casa del Rey.
Stéphane Bern no eludió los episodios más conflictivos de la historia reciente
–la caza de elefantes en Botswana, la imputación del yerno del Rey, Iñaki
Urdangarín–, pero tampoco se regodeó en ellos. Por el contrario, tras calificar
el año 2012 de “annus horribilis” para Don Juan Carlos, el periodista acabó el
programa haciendo votos por que el Rey consiga “restablecer su vínculo
histórico con el pueblo español”.
Durante cerca de dos horas, el documental repasó la
trayectoria humana y política del Monarca español, de quien se destacó su
“personalidad asombrosa y atrayente”, y a quien presentó en todo momento como
el “símbolo incontestable” de la nueva democracia española, que contribuyó a
reinstaurar tras la muerte de Franco y que defendió frente a la intentona
golpista del 23-F.
El documental, que incluyó imágenes poco vistas del Palacio
Real y del Palacio de Aranjuez, contó con los testimonios del ex presidente del
Gobierno José Luis Rodríguez Zapatero, y del embajador de España en París,
Carlos Bastarreche; y de amigos del Rey, como Josep Cusí y Jaime Carvajal,
entre otros.
La figura del Príncipe Felipe –“Como hijo y hombre es una
bendición del cielo; tenemos al príncipe de Asturias mejor preparado de la
historia, estoy muy orgulloso”, dijo de él su padre– emergió al final del
programa como el garante de la continuidad de la monarquía en España.
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