sábado, 5 de julio de 2014

Trágico último día de escuela

Último día de clase. Ayer era un día especial en las escuelas francesas. En las mochilas y carteras de los niños sólo había juegos de sociedad y lápices de colores. El último día de clase es casi un día de asueto. Un día de sonrisas y, también, de despedidas. Para Fabienne Terral-Calmès, de 34 añosy madre de dos niñas de corta edad, maestra del último año de preescolar en la escuela Édouard-Herriot de Albi (sur de Francia), fue inesperadamente, brutalmente, el último día de su vida. A las nueve de la mañana, mientras sus 14 alumnos –de entre cinco y seis años de edad–se instalaban tranquilamente en el aula, la madre de una de la niñas se abalanzó sobre ella armada de un cuchillo de cocina y la apuñaló hiriéndola de muerte.

La agresora, una mujer de 47 años que según la radio RTL es de nacionalidad española, tiene al parecer totalmente perturbadas sus facultades mentales y la fiscalía ordenó ayer tarde su ingreso en un centro psiquiátrico. La mujer, como es habitual en las escuelas maternales francesas (preescolar), acompañó a su hija, de seis años, hasta su clase. Y fue en ese momento cuando sacó el cuchillo de su bolso y atacó a la maestra, a la que hirió fatalmente de una puñalada en el costado. “¡Yo no soy una ladrona!” parece ser que gritó en el momento de abalanzarse sobre ella, según relató un testigo presencial. Los intentos por reanimar a la profesora fueron vanos y falleció poco antes de las 11 de la mañana. La escuela –que tiene 284 alumnos, contando los de primaria– fue evacuada y las autoridades educativas enviaron un equipo de psicólogos para atender a los pequeños que presenciaron el drama.

La agresora fue detenida veinte minutos después por la policía en las proximidades de su domicilio, paseando como si nada. Sus primeras explicaciones fueron tan incoherentes como su comportamiento. Un examen psiquiátrico encargado de urgencia por el fiscal de Albi, Claude Deren, concluyó que presentaba “problemas mentales severos bajo la forma de ideas delirantes de persecución”. En marzo pasado ya había seguido un tratamiento psiquiátrico. La justicia la había acusado entonces de abandono de un menor: su hijo de 15 años.

Según fuentes de una de las principales organizaciones de padres, la FCPE, citadas por el diario 'La Dépêche', no consta que hubiera ningún problema especial entre la maestra y la madre de su alumna. Todo lo más, un comentario sobre su impuntualidad. Nada que explique lo sucedido.

La tragedia de Albi causó una honda conmoción en el país, especialmente en el mundo educativo. El presidente de la República, François Hollande, expresó su “consternación” por un crimen que calificó de “abominable”, y el ministro de Educación, Benoît Hamon, acudió inmediatamente al centro escolar para expresar su solidaridad a los enseñantes.

Dramas de este tipo son relativamente excepcionales en Francia. En los últimos treinta años sólo se habían producido otros cuatro casos. No lo son, en cambio, las amenazas y los insultos, de los que los profesores son crecientemente víctimas por parte de los padres de los alumnos. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Estudios Económicos (Insee) publicado el jueves señala que este problema afecta al 12% de los enseñantes, el doble que en otras profesiones.



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