jueves, 17 de julio de 2014

El alba de la gran crisis

"Si no se para ya a los islamistas, dentro de un año será tarde"

Entrevista a Michel Kilo, presidente de la Unión de los Demócratas Sirios

Desde hace diez meses, preside la Unión de los Demócratas Sirios, una organización fundada en septiembre del 2013 con el objetivo de reagrupar a las fuerzas democráticas de oposición. Pero sabe que el camino es arduo. El escritor Michel Kilo (Latakia, 1940), cristiano laico y ex marxista, es un hombre tenaz. Lleva desde los años ochenta asumiendo el difícil papel de disidente en Siria –contra Hafez el Asad, primero, contra su hijo Bachar, después–, lo que le ha conducido en varias ocasiones a prisión. Refugiado en París, sigue al pie del cañón. Pero no se hace demasiadas ilusiones sobre el delicado momento que atraviesa la revolución iniciada en marzo del 2011.

- La oposición democrática siria parece más débil que nunca...

- La sociedad civil siria esta completamente desgarrada, La mitad está o bien en el exterior –donde hay más de 5,5 millones de refugiados, algunos en una situación catastrófica–, o bien en una situación muy precaria dentro del país. Para la mayoría de la gente no es el momento de hacer política, sino de sobrevivir. El movimiento democrático ha sido neutralizado por la lucha armada.

- Y superado por los islamistas...

- La revolución del 2011 era una revolución por las libertades. El pueblo sirio reclamaba pacíficamente lo mismo que existe en Europa desde hace siglos: la libertad. Pero la revolución ha siso robada por los islamistas. En el plano militar son los más fuertes.

- ¿Cree posible una salida política al conflicto en este momento?

- El régimen rechazó la solución propuesta por la comunidad internacional en las conversaciones de Ginebra, porque comportaba la marcha de Bachar el Asad, y ha optado por la solución militar. Ahora mismo, no hay solución política posible. No existen condiciones. A causa de la actitud del régimen y de la cobardía de la comunidad internacional.

- Que renunció a intervenir contra El Asad como había hecho contra Gadafi en Libia...

- Yo creo que Estados Unidos decidió, muy rápidamente, dejar que el conflicto durara, con el fin de dar tiempo a la resolución de los problemas de la región. Si los norteamericanos hubieran lanzado un misil, Asad habría comprendido que no tenía otra salida que buscar una solución política, un compromiso. Rusia dejó claro que no quería entrar en ninguna guerra. Si los norteamericanos adoptaran una política seria, no habría ninguna fuerza para oponerse. El presidente Barack Obama dijo una vez que la guerra en Siria no le dejaba dormir. ¡Pues que haga algo y podrá dormir!

- El líder de la principal organización armada islamista, el Estado Islámico en Iraq y el Levante (EIIL), Abu Bakr al-Baghdadi, se ha proclamado califa y pretende erigir un Estado islamista en la región. ¿Tienen la capacidad?

- Ya son un Estado. Y se lo han tomado en serio, muy en serio. Hay informaciones que apuntan a que preparan una movilización general de jóvenes en Iraq y Siria para formar un ejército de varias decenas de miles de soldados, dotado con el armamento y los carros de combate que Estados Unidos dejó en Iraq. Si lo logran, vamos a tener un gran problema. Esto no será Al Qaeda, ni Afganistán. Será mucho más duro. Si los países occidentales no reaccionan rápido, muy rápido, y adoptan una política seria, dentro de un año será demasiado tarde.

- Hay quien cree que, frente a la ofensiva del EIIL, los antiguos enemigos, EE.UU. e Irán, podrían acabar colaborando.

- Es posible... Pero hay también otra posibilidad: que EE.UU. utilice a las organizaciones integristas contra Irán, para implicar a Irán en una guerra que puede durar años. No creo que la gente del EIIL entrara en Siria a espaldas de los norteamericanos, no lo creo. Como no creo que 700 combatientes pudieran ocupar 5.000 kilómetros cuadrados en Iraq en tres días, sin resistencia, frente a un ejército de 85.000 hombres, sin que el primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, estuviera de acuerdo con lo que sucedía. Al Maliki no tiene la fuerza para controlar todo el país, lo que puede llevar a su separación. Eso dejaría el sur de Iraq en manos de los chiís, es decir, de los iraníes.

- ¿La crisis en Siria ha dejado de ser, pues, una crisis siria?


- El conflicto, que en una primera fase enfrentaba al pueblo sirio con el régimen de Asad, se ha convertido en un conflicto entre fuerzas extranjeras, regionales e internacionales. Y no habrá una solución hasta que los grandes problemas con Irán, con Rusia, con Israel, con Estados Unidos, se hayan resuelto. La degradación de la situación en Iraq ha complicado aún más las cosas. Y podría dar lugar a la aparición de nuevos Estados en la región: un Estado alauita (grupo al que pertenece El Asad), un Estado islamista, un Estado kurdo... Estamos quizá ante el principio de la gran crisis, y no al final. Si es así, será una catástrofe que durará decenios.



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