"Si no se para ya a los islamistas, dentro de un año será tarde"
Entrevista a Michel Kilo, presidente de la Unión de los Demócratas Sirios
Desde hace diez meses,
preside la Unión de los Demócratas Sirios, una organización fundada en
septiembre del 2013 con el objetivo de reagrupar a las fuerzas democráticas de
oposición. Pero sabe que el camino es arduo. El escritor Michel Kilo (Latakia,
1940), cristiano laico y ex marxista, es un hombre tenaz. Lleva desde los años
ochenta asumiendo el difícil papel de disidente en Siria –contra Hafez el Asad,
primero, contra su hijo Bachar, después–, lo que le ha conducido en varias
ocasiones a prisión. Refugiado en París, sigue al pie del cañón. Pero no se
hace demasiadas ilusiones sobre el delicado momento que atraviesa la revolución
iniciada en marzo del 2011.
- La oposición democrática siria parece más débil que nunca...
- La sociedad civil siria esta completamente desgarrada, La
mitad está o bien en el exterior –donde hay más de 5,5 millones de refugiados,
algunos en una situación catastrófica–, o bien en una situación muy precaria
dentro del país. Para la mayoría de la gente no es el momento de hacer
política, sino de sobrevivir. El movimiento democrático ha sido neutralizado
por la lucha armada.
- Y superado por los islamistas...
- La revolución del 2011 era una revolución por las
libertades. El pueblo sirio reclamaba pacíficamente lo mismo que existe en
Europa desde hace siglos: la libertad. Pero la revolución ha siso robada por
los islamistas. En el plano militar son los más fuertes.
- ¿Cree posible una salida política al conflicto en este
momento?
- El régimen rechazó la solución propuesta por la comunidad
internacional en las conversaciones de Ginebra, porque comportaba la marcha de
Bachar el Asad, y ha optado por la solución militar. Ahora mismo, no hay
solución política posible. No existen condiciones. A causa de la actitud del
régimen y de la cobardía de la comunidad internacional.
- Que renunció a intervenir contra El Asad como había hecho
contra Gadafi en Libia...
- Yo creo que Estados Unidos decidió, muy rápidamente, dejar
que el conflicto durara, con el fin de dar tiempo a la resolución de los
problemas de la región. Si los norteamericanos hubieran lanzado un misil, Asad
habría comprendido que no tenía otra salida que buscar una solución política, un
compromiso. Rusia dejó claro que no quería entrar en ninguna guerra. Si los
norteamericanos adoptaran una política seria, no habría ninguna fuerza para
oponerse. El presidente Barack Obama dijo una vez que la guerra en Siria no le
dejaba dormir. ¡Pues que haga algo y podrá dormir!
- El líder de la principal organización armada islamista, el
Estado Islámico en Iraq y el Levante (EIIL), Abu Bakr al-Baghdadi, se ha
proclamado califa y pretende erigir un Estado islamista en la región. ¿Tienen
la capacidad?
- Ya son un Estado. Y se lo han tomado en serio, muy en serio.
Hay informaciones que apuntan a que preparan una movilización general de
jóvenes en Iraq y Siria para formar un ejército de varias decenas de miles de
soldados, dotado con el armamento y los carros de combate que Estados Unidos
dejó en Iraq. Si lo logran, vamos a tener un gran problema. Esto no será Al
Qaeda, ni Afganistán. Será mucho más duro. Si los países occidentales no
reaccionan rápido, muy rápido, y adoptan una política seria, dentro de un año será
demasiado tarde.
- Hay quien cree que, frente a la ofensiva del EIIL, los
antiguos enemigos, EE.UU. e Irán, podrían acabar colaborando.
- Es posible... Pero hay también otra posibilidad: que EE.UU.
utilice a las organizaciones integristas contra Irán, para implicar a Irán en
una guerra que puede durar años. No creo que la gente del EIIL entrara en Siria
a espaldas de los norteamericanos, no lo creo. Como no creo que 700
combatientes pudieran ocupar 5.000 kilómetros cuadrados en Iraq en tres
días, sin resistencia, frente a un ejército de 85.000 hombres, sin que el
primer ministro iraquí, Nuri Al Maliki, estuviera de acuerdo con lo que
sucedía. Al Maliki no tiene la fuerza para controlar todo el país, lo que puede
llevar a su separación. Eso dejaría el sur de Iraq en manos de los chiís, es
decir, de los iraníes.
- ¿La crisis en Siria ha dejado de ser, pues, una crisis
siria?
- El conflicto, que en una primera fase enfrentaba al pueblo
sirio con el régimen de Asad, se ha convertido en un conflicto entre fuerzas
extranjeras, regionales e internacionales. Y no habrá una solución hasta que
los grandes problemas con Irán, con Rusia, con Israel, con Estados Unidos, se
hayan resuelto. La degradación de la situación en Iraq ha complicado aún más
las cosas. Y podría dar lugar a la aparición de nuevos Estados en la región: un
Estado alauita (grupo al que pertenece El Asad), un Estado islamista, un Estado
kurdo... Estamos quizá ante el principio de la gran crisis, y no al final. Si
es así, será una catástrofe que durará decenios.
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