martes, 5 de julio de 2011

Nuevo frente para DSK

Un caso está a punto de cerrarse. Otro va a abrirse. Como en los mejores culebrones, un nuevo y espectacular golpe de efecto volvió a sacudir ayer el caso DSK. Ahora que Dominique Strauss-Kahn va camino de ser exculpado de la acusación de violación presentada contra él por una empleada del hotel Sofitel de Nueva York, la periodista francesa Tristane Banon se ha decidido finalmente a presentar una denuncia contra el ex director general del Fondo Monetario Internacional (FMI) por un intento de violación cometido presuntamente por el dirigente socialista en 2003. La presentación de esta nueva denuncia justo en este momento, cuando algunos de los más entusiastas seguidores de DSK soñaban con su retorno para encabezar la candidatura socialista al Elíseo en las elecciones de 2012, alimentaba ayer todas las suspicacias.
Todo estaba yendo muy rápido para Strauss-Kahn, todo parecía de repente muy fácil. Demasiado rápido, demasiado fácil. Para Tristane Banon, que cuando el dirigente socialista fue detenido Nueva York –el pasado 14 de mayo- salió a explicar públicamente su caso, verle de nuevo en libertad, paseándose con su recuperado aire de suficiencia, ha sido insoportable. “Ver a Strauss-Kahn libre, yendo a cenar a un restaurante de lujo entre amigos, me ha puesto enferma”, ha explicado la denunciante en una entrevista exclusiva avanzada ayer por el semanario L’Express. Los abogados de Strauss-Kahn han anunciado ya una demanda por calumnias.

Los hechos se remontan a febrero de 2003, cuando la periodista acudió a una cita con Strauss-Kahn en un apartamento parisino con el fin de entrevistarle para un libro que estaba preparando. Según su relato, que ya avanzó –sin consecuencias- en un programa de televisión en 2007 y que volvió a explicar tras el arresto de DSK, el dirigente socialista empezó a acosarla sexualmente y, ante la resistencia de la periodista, acabaron luchando en el suelo, hasta que ésta pudo escapar. La chica no puso denuncia en aquel momento por consejo de su madre, Anne Mansouret, consejera socialista del departamento del Eure, quien no actuó únicamente por razones políticas: una de las hijas de Strauss-Kahn era amiga de su hija y la madre, su madrina. Pese a todo, con la perspectiva del tiempo, Mansouret ha declarado haberse arrepentido de tal decisión.

La denuncia de Tristane Banon, que será formalmente presentada hoy, es por el presunto delito de intento de violación, que en Francia tiene un periodo de prescripción de 10 años. Puede ser, por tanto, perfectamente juzgado. El abogado de la periodista, David Koubbi, aseguró ayer que la decisión de presentar la denuncia ha sido largamente madurada y que no tiene nada que ver con el giro que ha dado el caso en Nueva York. “Lo que pasa en Estados Unidos no nos concierne”, afirmó al letrado, quien descartó toda maniobra oscura: “Que quede bien claro, nadie de la derecha se ha puesto en contacto conmigo, yo no estoy a sueldo de nadie”.

Los amantes de la teoría de la conspiración ya tienen nueva munición para alimentar sus sospechas. Este fin de semana, conforme se iban conociendo –o vislumbrando- las zonas oscuras de la declaración de la empleada del hotel Sofitel, Nafissatou Diallo, y se iba configurando el escenario de una posible trampa, algunos strauss-kahnianos apuntaban la hipótesis de una conspiración organizada desde alguna “oficina” de París. Uno de ellos llegó a hablar de “atentado político”. El principal motivo de sospecha es la nacionalidad del grupo propietario del hotel –la cadena Accor- y el hecho de que alguien de la dirección se dio, al parecer, mucha prisa en informar al Elíseo.

“No puedo más de oir que soy una mentirosa porque no he presentado denuncia. Desde hace ocho años, soporto esta historia sola, escucho los rumores, las mentiras sobre mi”, explica Banon en L’Express, donde añade que acudir ahora a la justicia es la única manera de poderse “mirar en el espejo”. “Sólo deseo una cosa, que [Strauss-Kahn] regresa a Francia con su presunción de inocencia para ir delante de un tribunal”, concluye. Los abogados franceses del dirigente socialista, Henri Leclerc y Frédérique Baulieu calificaron los hechos denunciados por Banon de “imaginarios” y anunciaron una demanda contra la periodista por “denuncia calumniosa”.

Mientras tanto, la dirección del Partido Socialista francés se esforzaba ayer por apaciguar los ánimos e intentar que todo el revuelo en torno al posible retorno de Strauss-Kahn no distorsione, más de lo que ya lo ha hecho, el proceso de elecciones primarias. El portavoz del partido, Benoît Hamon, recalcó que el calendario de las primarias – fin del plazo de presentación de candidaturas el 13 de julio y votación en primera vuelta el 9 de octubre- será mantenido pase lo que pase, pero subrayó que a la vez todos los candidatos declarados están de acuerdo en que si Strauss-Kahn expresara su deseo de concurrir “nadie le opondría ningún procedimiento”.

Dominique Strauss-Kahn, según sus más próximo colaboradores –como Jean-Christophe Cambadélis- no ha dicho esta boca es mía. Ni ha expresado intención de presentar su candidatura ni ha pedido ninguna modificación del calendario de las primarias con este fin. Su eventual retorno toparía sin embargo con Martine Aubry. Tras decidir presentar su candidatura para cubrir el vacío de DSK, la primera secretaria del PS ya ha dejado claro que en ningún caso dará marcha atrás. El pacto que ambos sellaron en su dia –por el cual Strauss-Kahn la apoyó para tomar la jefatura del partido a cambio de su respaldo en su candidatura al Elíseo- ha sido sobrepasado por los acontecimientos. Demasiado tarde, trop tard! “Una decisión así no se toma a la ligera”, declaró Aubry en France 2 sobre su candidatura. Y zanjó: “Iré hasta el final”.


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