Tristane Banon, que hoy tiene 32 años, acusa a Strauss-Kahn de haber intentado violarla aprovechando una entrevista que ella le había pedido para un libro político que estaba preparando. Según su testimonio, el ex ministro socialista la citó en un apartamento semivacío –en el que había no obstante una cama-, donde empezó a acosarla sexualmente. Frente a su resistencia, siempre según su relato, Strauss-Kahn habría intentado forzarla con violencia, llegándole a quitar los pantalones y arrancándole el sujetador, antes de que pudiera zafarse y salir huyendo.
Strauss-Kahn niega totalmente tales acusaciones y sostiene que los hechos denunciados por Banon son “imaginarios”. Sus dos abogados franceses, Henri Leclerc y Frédérique Beaulieu, amenazaron ayer de nuevo con demandarla por denuncia calumniosa.
El abogado de Banon, David Koubbi, ha asegurado que la denuncia de su clienta es “muy sólida” y que no se apoya únicamente en su palabra. Banon cuenta, al parecer, con varios testimonios de personas que la atendieron después de los hechos –entre ellas su madre, Anne Mansouret, militante socialista que le aconsejó en su día no presentar denuncia para evitarle problemas- y también con algún mensaje escrito comprometedor enviado aparentemente por el propio Strauss-Kahn a su teléfono móvil tras lo sucedido.
La fiscalía ha encargado la investigación a la Brigada de Represión de la Delincuencia sobre las Personas (BRDP) de la Policía, que en los próximos días interrogará a la demandante y procederá a verificar los datos que expone en su demanda. El tiempo transcurrido hace inviable cualquier prueba pericial de tipo médico.
La cuestión fundamental que la fiscalía deberá establecer es la naturaleza de los hechos. Si acepta la calificación de intento de violación que plantea la denunciante, y considera que hay suficientes elementos para profundizar la investigación, podría decidir traspasar el caso a un juez de instrucción, el único que eventualmente podría procesar y enviar a juicio a Strauss-Kahn. El delito de violación, o intento de violación, tiene en Francia un periodo de prescripción de 10 años, por lo que los hechos podrían todavía ser juzgados. En cambio, si la fiscalía entiende que se trata de una agresión sexual –que tiene una prescripción de tres años-, podría archivar el caso. El abogado de Banon ya ha advertido que algo así sería un “auténtico escándalo”.
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