Paris Europlace sostiene que una decisión semejante comportaría “ineluctablemente” la deslocalización de las actividades así gravadas hacia otras plazas financieras, como le sucedió a Suecia –ahora opuesta a tal medida– cuando la aprobó por su cuenta en los años noventa. La organización alerta asimismo de que esta imposición sobre las transacciones financieras costaría muy cara a los bancos franceses, tanto más cuanto que se añadiría a los costes derivados de las nuevas exigencias en materia de fondos propios del acuerdo Basilea 3. Todo lo cual, subraya, “agravaría las condiciones de financiación de nuestras empresas y del conjunto de la economía”. Los problemas en este terreno, en cualquier caso, ya existen hoy y algunos sistemas especiales de pensiones de grandes empresas públicas –SNCF, EDF–, hospitales y administraciones locales, han empezado a tener dificultades para cubrir sus necesidades de crédito.
El único representante gubernamental en reaccionar fue el secretario de Estado de Vivienda, Benoist Apparu, quien confirmó la intención del Gobierno de llevar un proyecto de ley sobre la materia al Consejo de Ministros durantes el mes de febrero. “No es porque los financieros digan que no quieren impuestos que les vamos a escuchar”, declaró.
La izquierda, favorable a la implantación de la Tasa Tobin , observa con recelo la iniciativa del presidente francés. “Esperamos que Nicolas Sarkozy demuestre su capacidad para convencer a sus socios europeos, pues todo el mundo sabe que es a nivel europeo que esta tasa debe aplicarse”, subrayó Manuel Valls, portavoz del candidato socialista al Elíseo, François Hollande.
Los socios europeos, particularmente Berlín y Roma, ya se han pronunciado por una adopción de la medida a nivel europeo y no entienden la iniciativa francesa. Sarkozy tendrá oportunidad de explicársela hoy a la canciller alemana, Angela Merkel, con quien se reúne en Berlín. A quien no podrá convencer es al primer ministro británico, David Cameron, quien reafirmó su frontal oposición a una medida –calificándola de “nefasta”– que perjudicaría a la City. “Si los franceses quieren aplicarla en su país, son libres de hacerlo”, zanjó.
No hay comentarios:
Publicar un comentario