François
Hollande también reformará el sistema de pensiones. Y, como hiciera Nicolas
Sarkozy en el 2010, lo hará tocando lo mínimo, sólo lo imprescindible para
tapar el déficit del régimen general de pensiones a medio plazo. La principal
medida prevista en el proyecto del presidente francés, explicado a última hora
de la tarde de ayer por el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, consiste en
aumentar el periodo de cotización exigido a los trabajadores para poder obtener
la pensión completa: de los 41,5 años fijados en el horizonte del año 2020 por
la legislación en vigor se pasará a los 43 años en el 2035. siguiendo la
progresión instaurada de un trimestre más cada tres años.
La edad legal de la jubilación –62 años a nivel general, 60
para las carreras largas– no se tocará pero el aumento del periodo de cotización
puede tener el mismo resultado. “No hay otra solución que alargar la duración
de la cotización” para contrarrestar el aumento de le esperanza de vida,
argumentó Jean-Marc Ayrault, quien subrayó que de lo contrario habría que
disminuir la cuantía de las pensiones o subir de forma “insoportable” los
impuestos.
Éste será sin duda el punto más conflictivo de la reforma,
puesto que varios sindicatos –particularmente la CGT– se oponen frontalmente y
han convocado ya una jornada de movilización y de protesta el próximo 10 de
septiembre. Pero fuera de esta medida inevitable, el Gobierno ha procurado no
cargar demasiado la barca, con el fin de evitar un choque social de grandes
proporciones. Así, la reforma elude plantear la equiparación total del régimen general
con el régimen público –el de los funcionarios– y evita abordar igualmente el
complejo y delicado asunto de los regímenes especiales de pensiones.
Igualmente, el Gobierno ha renunciado a aumentar la
Contribución Social Generallizada (CSG) –un impuesto que grava con un 7,5% los
salarios y que sirve para financiar prestaciones sociales– y ha optado por
proponer un aumento modesto –del 0,3% en el horizonte del 2017– de las
cotizaciones de empresas y trabajadores. A la patronal, el Gobierno ha
prometido medidas compensatorias para reducir el coste del trabajo. Dinero en
cualquier caso había que sacar de alguna parte para cubrir el déficit del
sistema de pensiones, que por lo que hace al régimen general podría alcanzar
7.600 millones de euros en el 2020. Las medidas anunciadas ayer prevén aumentar
los ingresos en 7.300 millones.
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