En el segundo trimestre de este año el crecimiento económico en el ámbito de la OCDE, que agrupa a los 34 países más desarrollados del mundo –exceptuando a las potencias emergentes-, se redujo al 0,2%, lo que significa un retroceso respecto al trimestre anterior (0,3%) y consolida una tendencia negativa que dura ya cuatro trimestres consecutivos. El crecimiento interanual del PIB ha pasado del 2,4% al 1,6%, por debajo de las previsiones de la propia OCDE , que en las Perspectivas Económicas del mes de mayo apostaba por cerrar el trimestre con un crecimiento interanual del 2%.
El frenazo ha sido particularmente agudo en la Unión Europea y la zona euro, que han pasado –las cifras son en este caso idénticas- del 0,8% al 0,2%. El problema no han sido tanto los países periféricos lastrados por la crisis de la deuda como los que son la punta de lanza de la economía europea y en particular su principal motor, Alemania. La economía germana ha sufrido un severo parón –del 1,3% al 0,1%-, a causa del retroceso de las exportaciones y un consumo interno átono. Las otras grandes economías de la UE no han ido mejor: Francia ha caido del 0,9% al 0,0% y el Reino Unido, del 0,5% al 0,2%. El único país de los grandes que mejora es Italia, que ha pasado del 0,1% al 0,3%.
También ha progresado –exactamente en la misma proporción- Estados Unidos (0,3% en el segundo trimestre). Pero, aparte de que no se trata de un resultado brillante, representa además una mejoría muy relativa: si la diferencia es positiva es porque se ha revisado a la baja el dato del primer trimestre (del 0,5% al 0,1%). En cuanto a Japón, lastrado todavía por el terremoto, sigue en la parte roja de la tabla, aunque con un ligero respiro: de -0,9% a -0,3%.
Según los cálculos coincidentes de diversas entidades financieras, el crecimiento del PIB en 2011 podria situarse alrededor del 1,7% o el 1,8% en la zona euro, lejos del 2,2% calculado por la OCDE hace sólo tres meses pero también de la temida recesión. Esta recuperación con altibajos no resulta, sin embargo, tan inesperada en opinión de algunos expertos, como Cédric Thellier, economista de Natixis, quien en el diario económico Les Échos, consideraba ayer que “la ralentización actual no tiene nada de sorprendente”, habida cuenta de la política de rigor aplicada por los países europeos.
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