domingo, 27 de febrero de 2011

El mal beber de Galliano

Seísmo en la Casa Dior a una semana de la presentación de la nueva colección de Prêt-à-porter otoño-invierno en la fashion week de París. El prestigioso creador británico John Galliano, director artístico de la firma y responsable de toda la línea de moda femenina –así como de la marroquinería y la imagen de la marca–, ha sido suspendido por la dirección de Dior después de que el modisto fuera detenido la noche del jueves por la policía acusado de proferir insultos racistas y antisemitas a una pareja que estaba sentada a su lado en la terraza de un café de la capital francesa. “La Casa Dior afirma con la mayor firmeza su política de tolerancia cero hacia toda afirmación o actitud antisemita o racista”, declaró el presidente de Dior, Sidney Toledano, en un comunicado. Galliano permanecerá suspendido de sus funciones hasta que concluya la investigación de lo sucedido.
El incidente se produjo la noche del jueves, hacia las 21 horas, en la terraza de la brasserie La Perle, un local de moda del barrio del Marais, a dos pasos del Museo Picasso. La zona acoge una importante comunidad judía, además de numerosos establecimientos de ambiente gay. A esa hora de la noche, Galliano estaba ya totalmente ebrio, según demostró después el examen médico al que fue sometido en el hospital del Hôtel-Dieu, junto a Notre Dame: su tasa de alcoholemia era de 1,1 gramos de alcohol por litro de aire. Y, por lo que parece, el director artístico de Dior tiene, además, muy mal beber.
Por motivos hasta el momento desconocidos, Galliano empezó a discutir con una pareja que estaba sentada en la mesa de al lado. La mujer es, al parecer, de confesión judía, y el hombre que la acompañaba, de origen asiático. Según la versión que la pareja explicó en declaraciones a radio Europe 1, John Galliano les insultó gravemente en inglés: “Dirty Jewish face, you should be dead (Sucia cara judía, deberías estar muerto)” y “Fucking Asian bastard, I will kill you (Jodido hijo de puta asiático, te voy a matar)”. Galliano habría llamado asimismo “puta” varias veces a la joven. Y al parecer, también voló por en medio alguna bofetada.
El abogado del modisto, Stéphane Zerbib, en declaraciones a la agencia France Presse, negó todos estos extremos. “Ha habido un altercado. El señor Galliano ha sido agredido verbalmente, pero en ningún momento ha proferido semejantes insultos”, afirmó el letrado, quien aseguró disponer de testigos que pueden corroborar su versión. Zerbib –conocido curiosamente en medios judíos por ser el abogado de la familia del soldado franco-israelí Guilad Shalit, rehén de Hamas en la banda de Gaza– avanzó que Galliano podría demandar a la pareja por falsa acusación.
Cierto o no, la policía se presentó en el café y se llevó detenido a Galliano, que pasó varias horas arrestado antes de ser puesto en libertad bajo control judicial y conducido por cu chófer particular a su domicilio, que se encuentra a unas pocas decenas de metros de La Perle. Sobre el modisto pesa una doble demanda por “violencias leves” e “insultos de carácter antisemita”. Las injurias de tipo racista constituyen en Francia un delito que puede ser castigado, según prevé el Código Penal, con seis meses de prisión y hasta 22.500 euros de multa.
Si no se llamara Galliano, el creador británico –nacido hace 50 años en Gibraltar, hijo de un inglés y una española–, probablemente hubiera pasado toda la noche en comisaría, como le sucede al común de los mortales en este país, donde cualquier falta, por nimia que sea, puede llevar a cualquiera al calabozo como un criminal (cosa que el Consejo Constitucional ha instado ahora a cambiar). En este caso, sin embargo, el fiscal ordenó su puesta en libertad, con la obligación de volver a declarar en comisaría.
La rápida reacción de la dirección de Dior ante el derrapaje de su máxima estrella se explica en parte por la extrema sensibilidad que existe en Francia ante cualquier manifestación de antisemitismo. Otras fuentes apuntan también el hecho de que uno de los insultados lo haya sido por sus rasgos asiáticos, habida cuenta del enorme peso que el mercado asiático tiene en la cifra de negocios anual del grupo: Asia capta el 35% de las ventas mundiales –el 11% Japón y el otro 24%, el resto de países de la región–, lo que equivale a unos 3.000 millones de euros.
El caso de Galliano se produce sólo cuatro meses después de otro escándalo similar. En octubre pasado, el perfumista Jean-Paul Guerlain desató una gran polémica al declarar: “Por una vez, me puse a trabajar como un negro... No sé si los negros han trabajado siempre tanto, pero en fin...” Algunos grupos promovieron el boicot a los productos de Guerlain.

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